lunes, 6 de abril de 2015

La hermana que nunca tuve

... "Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo".




Qué culero es pensar en alguien tan querido y entristecerse.

No sé qué tan cierto sea eso de la reencarnación, cierta es la inmortalidad: uno puede quedar impregnado en tantas cosas.

Quiero hablar del ser que puedo considerar como mi hermana o la hermana que nunca tuve.

Llegó por ahí de febrero del año 2000; no recuerdo por qué, pero se la obsequiaron a mamá.

Bueno, antes mencionar lo que decía de la inmortalidad. Creo fue en julio de 1976 que nació la única hija que mis padres tuvieron, y también creo que sólo los acompañó 1 semana.
Se fue muy pronto, pero algún alimento le dieron y así como de la tierra salió, a la tierra volvió y quizá se convirtió en árbol que alimentó a un ave que alimentó a sus críos y que estos viajaron al sur en donde abonaron algún otro árbol y que con el tiempo y de algún modo, luego de diversas transformaciones, se convirtió en algo que una perrita pasó a los hijos que habitaban en su vientre y, una vez nacidos, uno de ellos (en este caso ella) fue obsequiado a mamá; y así, 24 años después, volvían a estar juntas madre e hija.

Yo estaba dormido y mamá la aproximó a mi cara y ella decidió despertarme a besos, sus besos.

Mamá no gustaba de tener en casa más animales que sus hijos y ante eso había decidido obsequiarla también; sin embargo, pasados algunos días mamá notó que la perrita no se dormía hasta que ella (mamá) se acostara y dejara su calzados a un costado de la cama para que ella (la perrita) pudiera meter su cabeza ahí y dormir. Ahí supo mamá que esa perrita jamás se iría.

Nunca tuvimos timbre en casa, pero con la nueva integrante no hacía falta porque avisaba si alguien se acercaba.

En ese entonces mi prima era pequeña, pero ya sabía que un perro era un gua-gua, y como la perrita era muy pequeña, se refería a ella (a la perrita) como "guagüita". De ahí quedó bautizada (la perrita) como Guagüi.

Guagüi era la mamada, sabía qué hacer ante cada situación: si andaba enojado, se alejaba y me ignoraba; si estaba contento, brincaba a mi lado o corría cerca de mí; lo único malo es que ahora que estoy muy triste no está ella acostada a mi lado lambiéndome la cara o la mano porque hoy, justamente hoy - que la soñé y desperté pensando que tal vez ya no le quedaba mucho tiempo (físico) por su edad - estoy muy triste porque ya no está más.

Guagüi dejó su descendencia, pero ella era la jefa, la única que no se molestaba por pelear comida porque nadie se metía con su plato.

Algo de lo tanto en lo que va a permanecer es que ella luego de un rato de conocer a las personas dejaba de ladrarles y/o gruñirles, pero sólo ella sabía por qué sólo a una persona, aún con años de conocerla, jamás dejó de ladrarle y gruñirle. El tiempo le dio la razón a Guagüi.

La hermana que nunca tuve, o bueno ella es mi hermana, mi panterita y habrá que esperar a ver en qué y cómo crece. Ahora junto con Dólar, Cururú, Mili y Kikìn estarán allá en nuestra otra casa para cuando nos veamos de nuevo.

"Y cuando te hayas consolado (uno siempre termina por consolarse) te alegrarás de haberme conocido"...

1 comentario:

  1. El Dólar...Cururú, Mili...y los que tu no conociste: El Turco (al que le pisé una popó cuando me tomaron una foto instantanea, para probar una polaroid), El rasputín (tú eras un bebé recien nacido), El niebla (tu eras un bebé de 3 años). Y entonces sí, el dólar, cururú,etc. Etc.

    Big Brother.

    ResponderEliminar