lunes, 11 de enero de 2010

Aprendí a codificar palabras

Pendientes de un sencillo gesto,
complices de un conocido secreto;
referencias incompletas de una
oculta expectativa.

Figuras centrales de inadecuados cuadros,
conceptos puestos a prueba,
material para reflexionar y vínculos
para acreditar e inventar.

Han encontrado recinto reflexiones y sugerencias,
con esperado y magistral arribo,
que conduce una sorpresiva esencia
rústica y bañada en elocuencia.

Aquel día aprendimos a codificar palabras
para encontrarnos próximos y simpatizando,
con signos de atrevimiento y el inicio
de un lindo relato.









gatts

El depatec

Muchos soles se han puesto ante
un hogar preparado para ello,
ante compañeros constantes y un cúmulo
de melodias que le obsequian sentidos.

Un austero espacio inmortalizado por
ideas, cuestionamientos, lúgubres tormentas,
esbozos de luz, sinfónicos esfuerzos y
plácidos acuerdos de fraternidad.

La certeza de una patria, el culto a una
identidad, el alivio de ver levantarse
cada boceto minuciosamente transmitido,
instruido, inculcado.

Apariciones que una voz evoca,
el correr de un comprensivo y vacilante amigo,
figuras que se plasman en un gris aliento
y la maravilla de siempre encontrarle.

Piezas talladas a placer de la necesidad,
vacíos que se respetan y se nombran,
un cubo de magia, una puerta que vocifera
y la imagen del deseo y la eternidad.

Así mis hermanos, es este pedazo de cielo
pintado para nosotros y el mundo;
así han de recordarse, como presentes y
espectadores de un templo... del depa.




gatts