jueves, 9 de noviembre de 2017

Sweet song

Las juntas de vecinos eran una porquería con muchas personas: que los gritos de la del 11, las infidelidades de los del 7, las fiestas electrónicas de los chicos del 14, el voyerista del 15 y el chavo del 8; incluso ya a muchas juntas no iba, pero fue a la que tenía que: una nueva vecina.

- Pasa que por mi trabajo se me complica venir, pero ya llevo casi dos meses en el edificio. Soy Melissa.
- Hola Meli, soy Dario, bienvenida. ¿Puedo decirte Meli? - pronto el galán.
- Mmm... no, Mel, mejor.
- Ah, ok - se refundió todo.
- Tú eres el de frente a mi ventana, te he visto creo - no se animó a decir más.
- Sí - y su cara colorada.

Nunca fue muy fanática de su trabajo, creía mucho en buscar a consciencia, imaginarse plena y buscar estar ahí, pero para una gran mayoría las inevitables necesidades y las chingadas obligaciones les limitan a decidir; aún así el edificio era el lugar más asquerosamente aburrido.
Él desayunaba cereal frente a la ventana que daba a la de ella, ella alcanzaba a verlo y se iba a correr; ella cenaba frente a la ventana que daba a la de él y él alcanzaba a verla y se iba a correr.

Cambió todo. Los viernes a la noche de ver y re ver Game of Thrones los reemplazó por un cigarrillo en la ventana y hacer como que leía un periodico para mirarla cantar y bailar; un pequeño corso en mitad del tedio. Los sábados a la noche ella disimulaba tejer en esa ventana para verlo pintar; un pequeño corso en mitad del tedio.

Sabía que era prohibido y con el eterno engaño de no tardar lo ocupó igual; regresó a tiempo para la lucha verbal, en realidad debieron quitarle la placa, pero como muchos, llegaron con la firme intención de llevarse dinero argumentándole que le saldría muy caro y serían un sin fin de trámites; claramente no les resultó y lo que comenzó con su "¿cómo le hacemos señorita?" y primer oferta por mil pesos, terminó con un "¡ya güerita, estamos para cuidar!" y ni un café del Oxxo. Un pequeño corso contra la percudida ciudad.
Alguna ocasión lo detuvieron y hasta al cajero lo acompañaron para darles cooperación, muy generosa. Otra ocasión lo detuvieron muy temprano por portar cara de desvelado, en realidad iba todo roto por sus vicios y de suerte cuando pasaron el alcoholímetro salió toda la cebolla y el trompo de los "Melanie". La más graciosa fue la del periodista que se le pegó en una fiesta que saliendo del antro asustó al ballet parking amenazándolo con llamar un inexistente Ernesto si no aparecía el coche en el próximo minuto; ese día el oficial los detuvo por gusto y terminó escoltándolos que para que llegaran bien a su casa y todo porque este tipo le salió con que conocía plenamente las reformas al reglamento de tránsito que porque en su trabajo recién lo habían visto, se lo dijo tres veces hasta que el tránsito preguntó dónde trabajaba y fue le dijo que un periodico que tal vez conocía; fue la única ocasión en su vida que charolió. Un pequeño corso pudiente.

Dos ventanas y en verdad cuando lograban recordar lo que soñaron se levantaban sobre la idea de investigar el significado, les encantaba pensar que en alguna interpretación venían o hablaría de que en cualquier instante aparecerían de frente y entrarían con las manos frías sobre las mejillas, la pirotecnia iluminaría parte de ambos y sus voces se oscurecerían por la de las luces artificiales, pero no importaría.

Es así que te pienso, dejaré de sostener el chocolate como soldadito de juguete y de ingenuamente creer que con soplarle tres veces lo enfrío, lo largaré para acomodarte tu flequillo y tu gorro de estambre morado. Y acá estás, una vela a mitad de su vida, un vino muy sin embargo y muy barato, pan y queso y cuatro discos de jazz: uno de fondo, dos al sillón y uno acompañando tu viaje al piso, tu sesión de pataleo y lo bien que te cagas de risa.
Le debemos una a la lluvia, el resto huyó menos esa función en el parque, nosotros y tu cigarrillo y hay que ir a San Carlos y traernos un atardecer, a París y traernos uno -si es posible todos- de sus abriles, y un día neblinoso y las northern lights que recíen descubres que así se llaman en inglés y pretendes saber su nombre en tres o cuatro idiomas más.
No creo dejarte pasar a más de un metro de la puerta y buscarte y encontrarnos y tumbar el perchero y desparramar todo lo que trajiste para la cena, podemos no atender al hambre y ahí estará o no, pero no atender esto tan... tan intenso y fatal como el de Romeo y Julieta, aventurero y loco como el de Bonnie and Clyde... je, je ¡qué canción tan más chingona! ¡No debemos no atenderlo! Porque pasa y después uno sabe que debió besar más, desnudarse más, fundirse más y, claro, dejar las tonterías para cuando no haya más opción que el destino de estarlo, tonto.
Mientras no, mientras robémosle minutos al día oscureciendo la pieza y hacernos un recorrido, un diálogo en la oscuridad en el braille de tu cintura y mi espalda.
Imaginaba él.

Es así que te pienso, vienes por mí y sin paraguas para correr bajo el aguacero y se aparece un albergue transitorio y nos miramos encendidos y muy cómplices con esa luz tenue que observa cómo vuela la ropa y después le cerramos los ojos. Esos vasos son tu antifaz, pero nada esconde tu sonrisa y me pides papas porque aunque dije que no, anticipas que te quitaré media orden, y esos horrendos pasteles que llevas cualquier día porque todos los días es cumpleaños de alguien aunque no lo conozcamos, incluso has considerado no ir al futbol, sabes que jamás te lo pediría y te haces el mago y sacas una carta llena de esos dobleces que se aprenden en secundaria y un lindo tulipán naranja y me cuentas algo casi completamente falso que te ocurrió, que antes con tu risa final me daba cuenta y ahora de inicio lo sé, pero igual te escucho porque este tú será el de siempre.
Imaginaba ella.

Dos piedritas a la ventana -¿Me acompañas a correr y a comprar estambre?- dijo nerviosa -¡Dale! Sirve que me acompañas a comprar pinturas.- respondió casi sin aliento.
Un pequeño carnaval rasgando el cielo.














lunes, 30 de octubre de 2017

Vaivén

Ya anduve tantas veces rumbo a lo que aprendí como correcto;
la vida misma, que formó a quienes iniciaron conmigo,
va destapando tantos bellos aspectos
que me detienen a replantear el camino.

Eso que llaman esencia siempre se muestra,
nos dirigimos hacia lo que el cómplice tiempo descubre
porque es parte también junto a los "haz lo que consideres"
y a algún reproche por desajustar un esquema.

Somos el rey de una noche, de tantas
y en la barra a un costado la nostalgia, el desamor, el júbilo y la tragedia
dispuestos a encargarse de que jamás se vacíe nuestro tarro
pidiendo de regreso tan solo el relato de un algo que no han visto,
no como nosotros y anhelan poder, y bajamos la persiana
y dejamos botando nuestra presentación como ideales.

Y los dichos ponen la verdad tan accesible
y cuesta creer que sea tan complicado encontrarla,
y aparece el ideal de nuestros ideales
esa voz adecuada para cualquier momento del día
mirando desde otros puntos los cuentos que se llevó el humo.

Uno no impone, pero intenta convencer y también dará a manos llenas,
y cuestionará eso donde está el punto medio para no sentirse frustrado.

- Tú toma, mientras me duermo en la hamaca que me hiciste- resuelve todo esa voz y esas piernas caen en un blanco macramé. - Me despiertas - alcanza a decir, el balcón la mira escaparse y uno vela el sueño.

La emisora y su programa para desvelados están en estado de gracia con su selección, quizá un último whisky, pero esa torpe versión que todos tenemos de todos y cada quien de sí mismo descuida la luz que la regresa de golpe al balcón - Ya duérmete - y ya fue.

viernes, 1 de septiembre de 2017

La consagración de Kravioto

El tipo tuvo muchas noches mágicas, pero ésa, particularmente, lo colocó en el caótico firmamento de ese impresentable carnaval.

Todo fue que Fauno y Ave de rapiña fueron a la expo. Andaban juntos para todos lados derivado del temor que inicialmente le tuvo Ave a Fauno. El temor fue porque Ave recién ingresaría a la Universidad, pero comentaba que no disponía de mucho recurso, eso se lo dijo a Nenuco y Krillin con quienes vivía, y estos ojetes, sabiendo que le encanta el engruese, le pidieron a Fauno que se la engordara al Ave diciéndole que él (Fauno) podía ayudarle económicamente con su escuela, pero a cambio debía aflojar el boca de mono.

Así lo hizo una noche en el Lov Pub. Le llegó todo buen pedo y bien comprensivo, luego lo abrazó como se abrazan los compadres ya pedos para hacerse soporte, y ahí, sobándole el hombro, le dijo. Ave estaba contento poco antes porque alguien, en ese momento, desconocido se ofreció a pagarle.

- ¿Qué onda men? - pregunta Fauno ya colocándole el brazo por los hombros - ¿Que ya vas a entrar a la Uni?
- Sí, este semestre.
- Me comentan Nenu y Krillin que estás batallando para pagar.
- Je... Sí, ando buscando trabajo para poder pagar.
- Yo puedo alivianarte.
- ¿En serio?

Y ahí comienza la sobadera de hombro y una cara que solo Fauno logra, indescriptible, tendrían que verla.

- Sí, pero con algo a cambio, algo pequeño.
- Je, je - arrancan los nervios - ¿Qué?
- Tienes que darme las nalgas cada que yo quiera.

Ave sudaba ya muy frío, pero se sostuvo y tímidamente respondió.

- No, señor, así no quiero. Gracias.

Los otros dos ojetes se cagaron de risa.
Después Fauno iba al Depa y a veces solo estaba Ave quien no lo dejaba pasar por miedo a ser enchorizado. Terminaron arrancándosela mutuamente.

Nunca nadie podrá decir que sufrió bullying como Ave sufrió.

Fauno es un elemento que llevó Arjona; Arjona también llevó a Chopos & Donas. Fauno llevó a Kravioto, a Arjona lo llevó Carnie, por lo tanto Carnie es responsable de todo eso, así como Ladino es responsable de la Diosa y de Que Pique-Que Pique. Arjona, Chopos & Donas, Fauno y Kravioto estudiaron juntos. Conclusión: Alejen a sus hijos/hijas de esa pinche escuela del demonio.

El día que fueron a la expo Fauno llevó a Kravioto y luego de esa noche Ave comentó que Fauno tenía un amigo que está bien chido, quiso decir "es bien chido", pero sí está chido y se espera que salga en H Extremo.

Ese Kravioto, siempre vestidito de vaquero sexy, una noche en la terraza estuvo escuchando a una pinche pipope que llevó el Ave, y la escuchó presumir mil mamadas de dinero hasta que lo hartó y le sacó lindas palabras: "¡Gano más que tú y tu pinche hermano doctor. Ya rúmbele a la verga!".

Cabe mencionar que entre las tantas chingaderas que había en el Depa, estaba una pipa de barro con forma de chaira que donó Que Pique-Que Pique, y cuando la pipope salió emputada rompió la pipa, Kravioto le dice que no mame y la ruca le responde: "¡Métetela por el cuuul! ¡Por el cuuul! (nunca dijo la última vocal)".

Esa pipa aunque poco duró dejó buenas anécdotas.
Otro día que estaba la raza en el Depa de pronto a la calle llega un pobre tipo -y digo pobre porque no supo a dónde fue a pedir ayuda- pidiendo paro que porque su morra estaba llamándole y el nalga le había dicho que estaba con puros compas cuando en realidad andaba de pingaloca, tons pide de favor lo dejen subir a la terraza a llamarle a su novia así ella escucharía solo voces de vatos y no tanto ruido y ya no habría pedo. Lo dejaron subir.

En la terraza estaban Chopos & Donas, Kravioto, Que Pique-Que Pique, Warren, Ave de Rapiña y Fauno.
El tipo entró muy verga y mientras le mentía a la jermu Chopos & Donas y Fauno le bloquean la salida, Fauno se pone la pipa saliéndole del zipper del pantalón y comienza a sobarla, a cortar cartucho; el vato se da cuenta y se culea todo, por lo que apura su llamada y decide retirarse; Kravioto lo sujeta y le dice: "¡Espérate compadre, ahorita te vas!", y Fauno continuaba sobando la pipa. Pobre güey estaba pálido. Salió corriendo y cuentan que jamás volvió a mentir.

La noche que Kravioto ascendió andaba en el Roots con Nenu y Warren, después llego Krillin. Para cuando Krillin llegó Kravioto ya andaba bien pedote.
Les tocó cerrar el bar y salieron. Camino al coche de Warren, Kravioto recordó los subtítulos de muchas películas y empieza su consagración: "¡No tienes agallas, hijo de puta! ¡No tienes agallas!". Nunca se supo por qué verga se recordó eso.

Decidieron ir a tragar al Félix y ahí Kravioto continuó con su pinche frase de las agallas, de hecho le dijo a un mesero.

Generalmente los viernes (en realidad sábados en la madrugada) los Félix están hasta el tronco, tons a estos vatos les tocó una mesa hacia el fondo del local pegada a los baños. Terminaron de tragar, pagaron y salieron.

Entonces el momento épico de Kravioto.
En la primer mesa del local, la primera pegada a la salida, a la vereda, estaban tres muchachas ya cenando y Kravioto que le pintó la buena educación venía deseándole provecho a todos y todas los y las comensales. Pasaron Warren y Nenu, después venía Kravioto y al final Krillin, y cuando pasa Kravioto por la mesa de las señoritas hace lo propio.

- Provecho señoritas - dice medio tambaleándose y una de ellas comenta - ¡Ay, qué asco! - refiriéndose a Kravioto y entonces sí como las grandes invenciones de la humanidad, como el "¡Eureka!" de Arquímedes, se regresa Kravioto únicamente para inmortalizarse.

- ¡¿Qué asco?! ¡Mira mira! ¡Pinche pedorra! ¡¿Qué asco?! ¡Te lleno el burro de billetes!

martes, 29 de agosto de 2017

Ritmo Africano | 18 | Danza del 18

Es y será siempre lo más cercano y humano, si es que alcanza la categoría de especie, al llamado de León-O a los Thundercats, ese que la espada ponía en el cielo el escudo del pinche gato y a todos y todas los y las integrantes se les prendían los ojitos. Así con el Ritmo Africano.

Para fines de los 90's el hermano mayor de Krillin compra la pinche colección de discos de Instrumental History. La colección que consta de 3 volúmenes y cada uno con 2 discos; en el volumen I en el disco 1 el tema 7 es Ritmo Africano, melodía compuesta e interpretada por Bert Kaempfert y que se publicó en 1962.

La costumbre en cada cumpleaños de alguno de los integrantes del Depa, además de la peda, era un  vals con el festejado, vueltecita, arrimón y piquete de yofo. Generalmente se bailaba pinche "Quinceañera" de Thalia, sino que en 2011 Krillin que estaba de baquetón en su tierra, y en vísperas de viajar para el cumple de Don Galleto, revisaba su carpeta de música y encontró el volumen I de Instrumental History; se prendió chingos y decidió algo que cambiaría a la sociedad regiomontana, bueno, no tan pasado de riel, pero muy poca gente lo entendería y mucha lo disfrutaría.
____________________________________________________________________

Cuando llegó era un Lic. coordinador de un periodico estudiantil, cuando se fue ya era el Acá.

No se sabe con exactitud el origen de su nombre, ese nombre. El Cancos decía que porque cuando iban a tragar a unos tacos siempre los pedía bien bañados en salsa; una idea más creíble es el uso constante de la palabra, tal cual pasó con "Gandhi".

Cada que salían del comedor del trabajo Cancos religiosamente lanzaba la convocatoria: "¿Gandhi o qué?" para ir a la librería, tanto la engrosaba y siempre iban y solo él nunca compró algo; Don Galleto para castrarlo -al Cancos- comenzó a preguntar a todas horas: "¿Gandhi o qué?", después dejó de ser pregunta y se hizo respuesta: "¿Unas cheves o qué?... ¡Gandhi!", para terminar siendo otro apodo de aquel tímido Lic. que llegó al Depa una calurosa noche de mayo del 2008.

Al Lic. lo llevó el Cancos, aunque ahí todavía no era el Cancos. El título de Cancos se lo ganó otra noche, el motivo jamás tendrá relevancia o sí, en el Depa que siempre había peda. Ese día estaban puros vatos: Megadeath, Cancos que llegó con Don Galleto y Alex Bañado, AC -quien después se convertiría en Totopo y Manuel Uribe-, Warren, Krillin y Ave de rapiña. Megadeath andaba ahí porque fue a un concierto de la banda con el mismo nombre, de hecho por ese día y concierto se le quedó el mote.

Ya con la noche puesta y la horda inflando en el balcón, una morra desde la calle le grita a Krillin.

- ¡Hey, amigo!
- ¿Qué pasó?
- ¿Puedo subir con ustedes?
- ¿Eh?
- ¡Ay! ¡Baja por favor!

Y Krillin ponzoña bajó.

Ya en la calle.

- ¿Qué pasó, amiga?
- Es que te pregunto si puedo subir con ustedes.
- ¡Aaah! ¡Sí!
- Bueno, pero diles que somos excompañeros de un trabajo, no vayan a molestarse por ser desconocida.
- ¡Ja! No creo, pero les digo.

Y subieron.

Megadeath se va al concierto cuando la pisteadera arrancaba y regresó ya con un desmadre armado.

Cabe aclarar que la chica era la única mujer en ese momento y según ella había ido a visitar a su novio, quien según ella era vecino del Depa, pero no lo encontró y para hacer tiempo a ver si en el inter aparecía, fue a refugiarse ahí.

Antes del balcón estaba la sala, a un lado de la puerta de salida, recargado a la ventana, el sillón para dos personas; el sillón para tres justo frente a la puerta, de hecho llevaba años así porque uno o dos años antes ahí en el de dos quedó fundido Nacho y le tocó el primer ataúd; en paz descanse Nachito. El pedo es que Alex estaba sentado... perdón, el sillón individual estaba frente al de tres y a un lado de la entrada al Depa... Alex estaba en el sillón de dos junto a Don Galleto quien ratos antes estaba en el individual mirando cómo bailaba Cancos (que todavía no era Cancos) con la morra, se enderezó, relojeó para ambos lados como si fuese a cruzar la calle y al ver que no venía auto estira su brazo derecho y le da una testereada bien malandra en el locu a la morra, se cagaron de risa y le dijeron que no mamara, a lo que él respondió - ¿Qué güe? Si le molestara se hubiera ido. ¿Te agüitas?-; Krillin estaba en el individual, AC/Totopo/Manuel Uribe acostado en el de tres, Warren en el baño, Ave de rapiña bailando con la morra, Cancos (que todavía no era Cancos) queriendo volver a bailar con ella; en un momento la chica pide cigarro y ya no había, por lo que toma la iniciativa de pedir cooperacha para ir por más. Fue pidiendo de uno por uno recibiendo monedas hasta que llegó con AC/Totopo/Manuel Uribe -Saca 5 pesos para cigarros - le dijo - ¡Ah chingá! ¡Yo ni fumo! - le respondió, y todavía no completaba su frase cuando Cancos (que todavía no era, pero que ya estaba por convertirse en Cancos) llega por atrás de ella, la aplica abrazo de koala y comienza a hacer ese inconfundible vaivén arrimándole el chorizo como los perritos con alguna pierna de su agrado y Alex grita - ¡¿Qué tienes, Dxxxxx?! (se omite el nombre pa' no quemar raza) ¡¿Qué te pasa?!- pero estaba privado, ojos de huevo cocido y siguió su vaivén.

En el recuento de los daños salió ese detalle al que Don Galleto se refirió acertadamente como "cancos"; exactamente dijo: "luego pinche Dxxxxx (vuelve a omitirse el nombre pa' no quemar raza) dando cancos a la morra", y ahí quedó bautizado.
Megadeath tenía diseñado un plan malévolo, pero Cancos (que ahí ya era Cancos) se enamoró y se fue por todo Físicos llevando de la mano a su nueva conquista.

La noche terminó y como a eso de las 6-7, AC/Totopo/Manuel Uribe y Ave de rapiña dicen que irían al Seven, Krillin les pide un refresco... ¡Aaah! En su cuarto, encerrado con Rockeando Bien Duro, estaba Nenuco. Esa ida al Seven se prolongó más de una hora y cuando Megadeath y Krillin estaban por guardarse (Alex, Don Galleto y Warren ya se habían ido), doblando la esquina, la voz del Ave de rapiña.

- ¿Ustedes qué toman? - le preguntó a una de las tres morras con las que volvieron.
- Pues whisky, vodka.
- ¡Qué bueno que les gustan las tecates!¡Aquí somos bien tecateros!

Camino al Seven decidieron ir por una campechana bien parada. Estaba cerrado así que regresaron a los Félix en donde tres chicas algo les preguntan y pinche Ave ofrece llevarlas a su casa; para eso había que despertar a Nenuco, pedirle el auto y llevarlas hasta Medicina.
Era domingo por la mañana cuando conocieron a Rockera, Droopy y Sorbitos, que ahí todavía no tenían esos títulos.

A Don Galleto lo conocieron como coordinador del periodico estudiantil, tipo muy reservado, de rasgos medio hindúes -bien podría ser el genérico mexicano de Jamal Malik-, un lunar a un costado de la nariz, un pinche tic en ambas manos que canalizó con su famoso "¿Eres acá*?", unos pinches pantalones de mezclilla con pinzas, unos putos calcetines guindas que siempre llevó a los juegos de fut y una severa manía de estar agarrándose el culo, vulgo "burrearse".

* El "acá" puede desarrollar conversaciones enteras, puede ser pregunta, respuesta, estado de ánimo o mandada a la riata.
____________________________________________________________________

Coincidió que el 26 de marzo cayó en sábado y la bandita reportó en la 5ta sede del Depa. Se armó la pisteadera y se llegó el momento del vals; hasta ese momento todos bailaron a Don Galleto según la tradición y entonces sale Krillin - Conmigo vas a bailar otra rola- y le pide a Latrell que le pique play.

Ahí iniciaron como el bailecito de Mia con Vincent y así unos instantes, pero no se puede, no existe poder humano que contenga a Don Galleto ya danzando y prendido. Comenzó a patear cosas, después quiso hacer su versión de taktakbuket por encima de una silla y se partió la madre; después se agarró del tubo -característica del Depa, el tubo- y continuó a la vuelta y vuelta y después acompañó con un saltito.

Tal cual hizo con "La guitarra" repitió un vergo de veces "Ritmo Africano" y fue definiéndose la coreografía. Tendrían que verlo, es difícil de explicar los pasos, eso sí, hay conteo hasta tres y entonces viene el brinquito con un "¡eh!"; quien quiera decide que la danza continuará en reversa.

Es simplemente hermoso que apenas suenas las primeras notas y no importa lo que está haciéndose: comiendo, cagando, bailando, de Romeo, si acaba de sentarse, los ojos de la raza se prenden y en chinga corren hasta el tubo para ejecutar la enseñanza bañada.

Como nunca faltan los 18's, en una de esas de Ritmo Africano hubo reseteadas y originó la danza del 18, solo que esa es a ritmo del Himno Nacional de la Cumbia/Danza de los Mirlos de Damas Gratis.

El 18 -no el paquete de cervezas- es un juego infantil allá por el norte al pie de la Sierra Madre; seguramente tiene otros nombres acorde al código postal. El juego consiste en que alguien de las y los participantes -generalmente elegido/a por nalga (puños, envergado/a)- debe corretear al resto y al alcanzar a uno o una tocar levemente y gritar: "¡18!", entonces esa persona alcanzada ahora tiene la tarea de hacer lo propio y así hasta terminar jarto1 o la maestra amenace con prohibir la entrada al salón luego del recreo a quien ande sudado/sudada.

Durante un vergo de años el juego permaneció como tal hasta que un día volviendo del Mc como a las 5am, ya para subir al Depa -que entonces estaba en un segundo piso-, Ave y Krillin observan en el depa de al lado al vecino con ventana abierta, luz encendida, en pelotas y pegándose un puño fantasma del fénix; lo observaron durante media hora y la morra nunca apareció. Deciden por fin ingresar al Depa -al de ellos, no al del vecino- no sin antes gritarle al vato: "¡Qué buen paquete tienes, papi!", y ahí Ave comienza a subir, Krillin que venía atrás recuerda el juego de infancia y lo modifica dándole un pinche piquetón en el puño de ligas al Ave y gritando: "¡18!". Entonces el 18 evolucionó.

Tiempo después la Gemela Buena ganó el premio al 18 del año por una reseteada que le dio a Krillin.

En una de esas de Ritmo Africano, donde ya figuraban muchos 18's, Ave decide poner el Himno Nacional de la Cumbia y nace la danza del 18, la cual básicamente consiste en bailar esa canción picándose el chicloso entre quienes bailan.
____________________________________________________________________

1Jarto.- Comodín verbal (oral y/o escrito) utilizado por la raza de Tamiahua. Ejemplo:
- Vamos a jartar = Vamos a comer.
- Ando bien perro jarto = Ando muy cansado/ebrio/fastidiado.

jueves, 24 de agosto de 2017

La leyenda del Ave y la Monkiki

Tenía sus ventajas ese lugar, excelentes ventajas.

En el mundo popularmente conocido como de "Estudihambre", y sobre todo para el foráneo, y al menos en Monterrey, y si se es del promedio del que le gusta inflar, dar con el McMullen's era algo como una bendición, el "vine buscando cobre y encontré oro" de la época.

Una gran ventaja era que el cover de entrada era de $50 (cincuenta pesitos) y la cheve de media estaba en $5 (cinco pesitos) cada una.
Eso principalmente, pero un dato no menor es que tocan o tocaban en su mayoría rock, ska y música carnavalesca; de hecho la primera ocasión que fueron fue en carnaval. Fiesta total.

Con los años, y ya no siendo estudihambres, siguieron yendo los viernes.
La otra gran ventaja era que alguno de la banda siempre tuvo aceptación y atracción por personas de proporciones amplias, mismas que le patrocinaban el pedo a la raza para que ahí siguiera el vato, girando el tololoche.

Esa noche eran 4 de la raza: Ave de rapiña, Fauno, Warren y Krillin.

El Ave una ocasión en otra peda coincidió con un tipo oriundo de su tierra cuyo acento es muy distintivo. Charlaron entre coterráneos  algunos 5 minutos hasta que el otro le dice al Ave: "para mí que no eres de allá o eres fresa porque no tienes el acento"; nunca antes ni después se lo vio al Ave tan ofendido como por el hecho de que alguien le catalogara de fresa.

Ante instancias donde el honor está en juego la lógica dice que debes retar a quien te engrosó a un duelo de pistear tequila.
Un litro y medio a puro shot y el tal Jacobo quebró, se puso hasta el huevo y guacareó, su jermu resumió todo su sentir en una frase: "¡No mames Jacobo, chinga tu madre!", mientras le limpiaba el vómito. Por otro lado el Ave aguantó de pie otros 5 minutos y fisuró, pero sin vomitar, de hecho el indicador de su ebriedad siempre fue su balbuceo como caballo, y eso hizo. Ese día Fauno y Krillin lo sacaron de casa del Cancos hecho un bulto, lo llevaron hasta su casa en donde el Ave comenzó a pedir auxilio a Luis Padua por supuesta violación.

Fauno llevaba casi 8 años sin beber alcohol, con lo cual en el Mc pedía pinches limonadas, las cuales bebía con su semblante más nefasto.
Ese día se fue rápido. Estaba paradillo , todo pinche nefasto, bebiendo su pinche limonada cuando una morra empieza a bailarle, a embarrarle las nancys en la chaira, sujetando sus tobillos (los de ella) sin flexionar sus piernas (las de ella también) y este güe pelaba los ojos como pinche gato de reloj y paraba trompa para sorber del popote de su pedorra limonada. Se agüitó y se fue al chori.

Quedaron Warren, Krillin y Ave.
De pronto una morra de muy baja estatura, proporciones anchas y rostro exótico -una pinche monkiki (que de hecho así se le conoció después)- aparece haciendo con Warren algo similar a lo que pudrió a Fauno, pero Warren vivillo desde chiquillo -y no les presto ni les aviento una chingada- se la montó al Ave quien nunca rajó para esos menesteres.

El escenario comienza a complicarse con el incestuoso trío de dos hermanos y su hermana que se testereaban más cachorro que pinche Pimpinela. Uno de ellos empieza a bailar a la hasta entonces pareja de baile del Ave, a lo que Warren y Krillin le cargan calor de que ya se la bajaron; Ave se reorganiza y dice: "¡miren!", vuelve a bailar con la petisa, pero más cachondo. El hermano retador vuelve al ataque, pero mááás denso, Warren y Krillin: "¡Uuuh!", Ave: "¡miren!"; baile malandro y beso: "nada más a mí me besa", y ante eso no hay competencia. -¡Vámonos!- le dice Ave a la Monki y ella aceptó. Ave vuelve a ganar duelo.

Arrancaron hacia donde la camioneta de Warren: Warren al volante, Krillin de copiloto; atrás Ave y Monki, pero ella decide viajar asomada entre respaldos para ir haciendo conversación.
Lo raro se da cuando ella intentaba conversar y la voz se le cortaba o pasaba de fluida a forzada cual si estuviese tirando el lodo, y se escuchaba un "ji, ji, ji, ji" del Ave.
Krillin relojea y ve que Ave seguía con su risita, mas ahora se llevó un dedo a la boca exigiendo silencio. - Tú ¿a qué te nnndeeediiicas Waaarrennn?- ella de nuevo y la risita del Ave. Ahí Krillin entendió que el Ave estaba aplicándole el ahogador a la morra.

Llegaron a casa del Ave donde también vivían Krillin, Nenuco, Caballero Cachondo y Manuel Uribe.
La morra entró al baño y ahí Ave aprovecha para organizar horchata. Según su plan en algún momento la morra se prendería chingos y él le hablaría a la demás raza para tirar chingos de Escuis. Ave se encierra con la morra, Warren se va y Krillin se guarda.

Ese depa estaba así:
- Entrada: a mano izquierda la sala, luego la terraza.
- Entrada: a mano derecha cocina, luego patio de lavado y cuarto de Manuel Uribe.
- Entrada: de frente y habilitado con paneles de yeso el cuarto del Ave, a la derecha el cuarto de Nenuco; a la izquierda el baño y enseguida del baño el cuarto de Caballero y Krillin.

A la mañana siguiente Krillin sale de su cuarto con dirección al cuarto de Nenu, pero al pasar por el cuarto del Ave nota que no está el colchón, se asoma a la terraza y lo ve ahí, asume que Ave lo sacó para malandrear al aire libre. Llega al cuarto de Nenu, Nenu está en su escritorio jalando y Ave todo agüitado sentado en la cama de Nenu.

- ¿Y tu colchón, güe?- pregunta Krillin.
- ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Dile que te cuente!- se la cura Nenu.
- ¿Los pelos de la cola? - sigue la cura el Krillin y continúa preguntándole al Ave - ¿Qué verga hiciste, puñetas?
- ¡Pinche vieja me mió!

viernes, 11 de agosto de 2017

Llegando llegaste

Para la Chinis carajuda, la más victorense de Yuríria, y escribo esto porque portas mucha bohemia Méndez...

Arranco con una breve confesión, y es que ante tal consigna esa fue la primer impresión; me sentí cual Joan Sebastian con Julián o Tommy y las cartas de Paco.

La gente debería enamorarse como tú, y no solo me refiero a encontrar algo de uno o una en otra persona, sino en todas las cosas: reír, viajar, emborracharse, bailar, comer un elote del modo que lo haces; dejar las dudas para quienes precisan evaluaciones para calmar la incertidumbre de si es el camino correcto; dejar los miedos para quienes alimentan la deplorable creencia de que algún día lo harán, como si fuesen a estar cualquier tarde.

Hasta que no se disponga de una manera física de volver en el tiempo, no es posible saber si era posible saber tanto de una persona sin conocerla, ahora están las redes y/o ciertos dispositivos que agilizan esta cuestión.

Pera de Goma tiene un tema de nombre "Tu mp3" y que plantea el dispositivo de una chica olvidado en un colectivo y encontrado por un chico; después el deseo de él por retoparse con ella y compartir gustos musicales afines revelados por la tecnología. Hay personas que no les gusta que vean su música (en teléfonos o reproductores) pues consideran que es como leer su diario personal.

___________________________________________________________________


En algún punto alertarían que era casi el video de una canción, una versión muy de parques y tiempos mejor invertidos que lo que oficialmente deberían cumplir de "Más extraño que la ficción", pero sin la voz del narrador sacudiendo la existencia.

El tipo se sentaba diario justo a un costado de donde el colectivo blanco con azul escupía a media universidad y tres cuartos de prepa, ahí bajo la relajante sombra de la valla de viejos árboles cuyas raíces despatarraron la vereda, justo terminando el puente. Pasaba horas pendejeando con su vecino y compañero de salón, poco resolvían y juntaban el dinero que era para sus almuerzos para convertirlo en dos refrescos y ocho cigarrillos sueltos -cuatro para cada quien-, o dos cafés con leche y la misma cantidad de cigarrillos. Jamás iban a clases.

Tan solo dos ocasiones la vio, ella quizá ninguna. La primera fue el día que ella bajó del colectivo y rápido tomó otro, pero fue suficiente para que él quisiera verla a diario, encararla y pasear o colarse a alguna sala de cine y fastidiarle la función a quienes en verdad solo tienen las horas del mediodía para saciar su cinefilia. La segunda meses después ella tomó más tiempo en abordar el otro colectivo, él la observaba intermitentemente y a distancia para no levantar ninguna sospecha que muy seguro terminaría con tintes perversos.

- ¡Qué linda es esa chica! - arrojaba el humo y frotaba el nervioso sudor de la mano desocupada, porque en la otra tenía el cigarrillo, aclaro.
- Y, ve a hablarle güey - pragmático el amigo.
- Me da culo.
- Dame un consejo.
- ¡Chupas!
- ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Pos ve cabrón!
- Me va a mandar al chorizo.
- ¡Güey! Vas a hablar, no a pedirle cooperación para tus imaginarios hijos enfermos.
- ¡Ya sé, pendejo!
- ¿Entonces?
- Güey... Además está con los pinches audífonos.
- ¡Ay, no mames!

En ese momento se acerca otra chica a hablar con la chica, ella se saca los audífonos y coloca a su costado el reproductor y auriculares. Charlan hasta que llega el otro colectivo y suben, pero olvida su música, y por imposible que suene, nadie más lo notó solo el muchacho a distancia, y fue por él.

- Tengo que devolvérselo.
- ¡No mames! ¡Quédatelo!
- ¡No cabrón!
- Bueno, pos otro día que ya tenemos que caerle.
- ¡Chinga'o! Pos sí.
- ¿Qué pinche música trae? Seguro puras mamadas, se ve fresa la morra.
- A ver...
- ¿Sí le sabes, nalga?
- Aguanta güe.
- ¡Ándale cabrón!
- Mmm... Maluma...
- ¡No mames! ¡Hazle un favor y tíralo!
- ¡Ja, ja, ja, ja!
- ¡Son mamadas!
- ¡Ay, no mames! Bien que cantas pinche "Despacito".
- Bueno ¡qué güe! Está pegajosa.
- Mira güe ¿sabes cuál está pegajosa?
- ¡El cenizo tienes pegajoso!
- ¡Ja, ja, ja, ja!
- ¿Neta puro pop?
- No. De hecho trae una lista de música viejona.
- ¿Viejona tipo fox trot?
- No.
- ¿Tons?
- Sandro, Enrique Guzmán, Leo Dan...
- ¡No seas mamón!
- ¡Piero!

Pasaban los meses y no volvía a encontrarla y ni el frío lo ahuyentaba.

- Güey, al chile voy a entrar a clases, hace un chingo de frío. ¿Te quedas?
- Date güe, a ver sí aparece.

Entre bocanadas escuchando su música, la de ella.

- Pensé que ya no lo vería - voz de mujer que lo cimbró.

Alzó la mirada y por fin.

- Hace tiempo que te busco para devolvértelo - se reagrupó y habló firme.
- Si eso fuese, ahí están mis redes, hay maneras.
- Pero quería que fuese así.
- Pues gracias.
- ¿Puedo invitarte un café?
- No te conozco.
- Precisamente.
- Ok. Por cuidar de él.

Pidieron dos cafés con leche.

- Nunca vas a la escuela ¿verdad?
- Je, je, je, je, algo así. ¿Se me nota?
- Pues seguido te veo sentado bajo los árboles.
- ¿Y por qué nunca me hablaste?
- No te había visto con mi pertenencia.
- ¡Oh! Te juro que desde que lo olvidaste te busco.
- ¡Ja! Está bien. ¿Viste algo? ¿Mis fotos boudoir?

El tipo se sonrojó.

- ¡No! ¡Te juro que no vi fotos!
- ¡Ay! ¡Meses con él y vas a decirme que no husmeaste!
- ¡Te lo juro! ¡No vi fotos!
- ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Es broma!
- Je, je, je, je...
- ¿Entonces? ¿Solo la música?
- ¡Sí! ¡Te lo juro!
- Debes ser muy religioso.
- ¡No! ¡¿Por?!
- Todo lo juras ja, ja, ja, ja.
- Es que...
- ¡No te apures! ¿Te gustó algo?
- ¡Piero!
- ¡Aaah! ¡Me encanta!
- Es muy bueno. Algún día dedicaré "Llegando llegaste".
- ¡Muy linda!
- Sí.
- Sabes...
- Dime.
- Sabía que lo tenías.
- ¿En serio?
- Sí.
- Y...
- Y... Aunque es mío, no me animaba a hablarte.
- Bien podías hasta tildarme de ladrón.
- ¡Ja! Y, sí.
- ¿Entonces?
- Quería que fuese así.
- Y, acá estamos.
- Y, sí.
- Y, es de mañana.
- Ajá...
- Mezclas tu café, mezclo el mío.
- Ajá...
- Pero...
- ¿Pero? ¿Tan pronto con peros?
- Y, sí...
- ¿Pero qué?
- Pero con la diferencia que no tengo que dibujarte más en una servilleta blanca.
- Je, je, je, je. ¡Cierto!
- Cierto.
- ¿Y luego?
- Luego...

El tipo exhaló brevemente, la miró y esbozó una pequeña sonrisa, luego la besó.

jueves, 3 de agosto de 2017

Todavía y siempre (el cielo puede esperar)

Con el parrillero, tres recipientes con salsas diferentes y dos sándwiches de bondiola como testigos:
- Esa canción se la cantaba a una novia.
- ¿La versión de Salomón Robles o la del Buki? Je, je, je, je.
- ¡¿El Buki?!
- Sí güe.
- ¡Nomb'e, no seas mamón! ¡¿A poco también la canta ese we?!
- ¡Pos si él la escribió!
- ¡Ja, ja, ja, ja! ¡No mames güey! ¡Ja, ja, ja, ja!
- ¡Neta güe! Ese güey la compuso.
- ¡Ni de pedo!
- Al chile güe, el vato la compuso.
- ¡Cabrón! ¡Ni de pedo ese güey pudo escribir una frase como: "algún libidinoso que te hable palabras románticas".
- ¡Oh chingá! La voy a buscar y te paso el video pa' que veas que no es mamada.
- ¡Ja, ja, ja, ja! Bueno cabrón.

Parece que ocurrió un día de diciembre en Puerto Madero mientras amanecía.

___________________________________________________________________

Creía estar comprobando esa creencia de que toda la vida te pasa en instantes cuando estás por marchar, ya nada esperaba, incluso pensaba que la vida no era otra cosa que eso, un instante. Se esforzaba para mirar a sus costados, algo buscaba y nadie entendía; entonces llegó ella.

- ¿Qué buscas? - preguntó tan elegante, pero extrañamente cálida a como se dice que es.
- Creo que a ti - habló apenas y entre cortado.
- Me caes bien, siempre fue así.
- Jamás tuve curiosidad por ti.
- Pero si sabías que vendría.
- Igual nunca me interesaste, no me lo tomes a mal.
- ¡Ja, ja, ja, ja! ¡Nooo! ¡Para nada! Eres sincero y te lo respeto, la mayoría lo dice por miedo.
- Me imagino. Tú dirás...
- Je, je, je, je. Todo para lo que decidiste vivir te tiene en este lugar: estabilidad económica, respetar ciertas reglas, la necesidad; una persona que quiero mucho dijo ésta no debería truncar tu sueño ¿estás de acuerdo?
- Sabes que quise y no me dejaron.
- Quisiste un tiempo, después fuiste tu propia censura.
- Es que...
- No te preocupes más, no a esta altura, no ahora.
- Tienes razón.
- ¿Seguro que me buscas a mí o...?
- ¿Podré engañarte alguna vez?
- ¡Ja! ¡No!
- Entonces sabes a quién busco.
- De hecho. Quiero mostrarte a un pequeño que tiene sueños como los que empolvaste.
- ¿Puedo?
- ¡Claro! Obsérvalo y decide si está contento con lo que hicieron de él, con cómo cuidaron de él.

El tipo se largó a llorar a cuenta gotas, pero con inmenso dolor y un dejo de arrepentimiento.

- Calma - dijo ella- vengo a ofrecerte un trabajo.

Arrastró el pulgar y el índice de la derecha desde los pómulos hasta el tabique nasal para sacarse un par de lágrimas, sollozó y exhaló.

- ¿Acá?
- ¡Obvio! El cielo, si es que vas para allá, puede esperar; además mi trabajo es muy mío y ahí no contrato a nadie ¡ja, ja, ja, ja!
- Con lo bien que me viene un poco de sarcasmo ¡no mames!
- ¡Ja, ja, ja, ja!
- Bueeeno ¿cuál es el trabajo?
- Todavía y siempre hay y habrá gente que se enamora, gente que se despide, se angustia, pierde la esperanza...
- Mmm...
- ¡Bah! Mucho tiempo jugaste a generar deseos por cosas que no se necesitan, ahora ocupo que halles la manera de hacer eternas las sensaciones, una emocioteca que al percibir lo que hiciste se evoquen esas cosas que todavía hay y siempre habrá.
- Es complicado.
- ¡Claro que lo es! Incluso pasarás más tiempo buscando oportunidades que haciéndolo.
- ¿A cambio de qué?
- ¡Ja! Te dirán que puedes hacer lo que quieras, te envidiarán eso.
- ¿Entonces?
- Entonces enséñale a tu sombra trucos de magia, chistes, a ser divertida.
- ¿Tanto así?
- Vas a ayudar a generar las polaroids de los álbumes que el corazón y la memoria cada tanto hojean, cada que se citan a tomar un café.
- ¿Aún puedo ayudar al niño?
- Él es el principal para tu trabajo.
- Más complicado.
- Y, tu sueño estaría siendo mi necesidad.

Así en un vendaval se extinguió toda la luz, todo el sonido y el pequeño está a un costado de la cancha junto a tanta gente siendo un Hediondo del Fracc. más, sabe que no entrará a patear, pero descubre sus primeras figuras, se ríe y va adaptándose al escenario que antes no alcanzó; ríe con toda la felicidad de alguien que cuenta que tiró acordes con Lennon y fumó un puro con el Che.

sábado, 1 de julio de 2017

Frente al puerto

Disculpe, quien avisa, no traiciona y yo le aviso que estamos a instantes que se manifieste todo el amor en mí, y no digo esto con doble sentido y sí; se lo digo desde el vestigio de inocencia que creemos tener, aunque haya en quienes en realidad impere, pero tristemente se entregaron a esa rara epidemia que llaman crecer.

Esa inocencia de antes que caiga la noche, termine el noticiero y unos niños se nieguen a la sugerencia y petición y se lleven la mano a los ojos y crean que triunfan porque de manera intermitente separan los dedos y cambian para siempre sus pensamientos.

Algo tan simple, como Gloria y Uriel, ser esos siameses que muchos/muchas somos en la temprana juventud, dos cuerpos que detestan alejarse y con dificultad descienden una escalera eléctrica, ella con esfuerzo echando su cabeza hacia atrás y hacia arriba para que escuche su risa, él inclinando la suya para decir te quiero; debatirse en duelo de esgrima y da en la mejilla de él una estocada sabor fresa y él marca su nariz, la de ella, con vainilla; mirarse sin tiempo encontrados en un sincronizado movimiento pendular de un par de columpios ante la furiosa mirada de una madre que espera se larguen para poder intentar calmar a sus insoportables hijos.

Era Funes a quien las páginas podían remitirle a la espuma generada por un remo y recordaba a detalle las formas de las nubes del cielo más remoto, y habrá quien a la distancia pueda remitirse porque haya destinado unos minutos para contemplar ese maravilloso cielo del Bajío teñido de pasteles durante los últimos suspiros de junio y esas formas que replican fielmente todos sus gestos y cada momento que la descubrió.

Estaba frente al jardín sentada haciéndole compañía a una vieja mesa alta en uno de los pasillos, esos de todos los tiempos y que desde siempre convencen que al pasar por ahí de madrugada dirán tantos secretos imaginen, y una piedra dará detalle de cada ocasión que fue y sonrió y se acomodaba el cabello y que el kiosco de enfrente le dijo que corriendo se le rompió un tacón, y que un día se detuvo, sujetó las presillas laterales y dio dos breves saltos para acomodarse el pantalón. Ahí bebiendo sangría y dando a una escueta audiencia cátedra de cómo hacen esa bebida, que aunque puede no ser importante, por como lo desmenuzaba parecía el futuro de la especie, porque bebía y hablaba con tanta seguridad, la misma de la clase política en campaña para seducirnos y la misma que la clase política tras conseguir su ansiado lugar usa para mandarnos bien a la mierda.

Es muy linda esa gente que algo tan simple, sin trascendencia, lo hacen parecer único; esa gente está enamorada de la vida y tiene una mente hermosa que se ríe de la ocurrencias de los hombres y las mujeres que hasta tienen canales de televisión de 24 horas de apología para las otras especies supuestamente de intelecto inferior, pero que jamás se les ve destruyendo su hogar ni cuanta atrocidad por los motivos que el lobo vio y le contó a San Francisco.

Evidentemente despreocupada del universo -esos rostros no se fingen- bailando con un niño sobre sus pies al que llevaba cual marioneta y sus acompañantes seguían los pasos, paraban instantes para avanzar sus cervezas y luego se perseguían arrojándose globos con agua. Esas personas están enamoradas de la vida, encaran situaciones que llega uno a creer que tienen 4 o 5 por día, se sumergen en el barrio y te aparecen una pieza de pan de una panadería que cualquiera creería que es nueva, pero lleva toda la vida ahí, y ella no es cualquiera; la pieza comienza a vencerse, amenaza con dejar su título de "la" y adoptar el de "las" porque la lluvia cayó de golpe, está invadiendo cada porción de ciudad, y uno corre como si el agua diez metros adelante mojara menos, en cambio ella, y esa gente enamorada de la vida, corren calculando exitosos acuatizajes para desintegrar todos los charcos.

- ¡Pásele, pásele! ¡Hay guacamayas, tortas y tacos de carnitas - dijo el vendedor medio girando la cara para soltar el humo de su cigarrillo.
- ¿Quieres almorzar? - preguntó el tipo frenándose frente al puestito.
- Mmm... No. ¿Sabes qué sí quiero? - respondió casi inmersa en su antojo.
- Mmm... ¡No! Perdí mis poderes del Profesor Xavier.
- ¡Tarado! ¡Ja, ja, ja, ja! Limítate a preguntar qué.
- Je, je. Ok. ¿Qué?
- Calimoche.
- O sea, quieres pistear como campeona.
- No, solo un trago.
- Igual te pregunté de comer algo, no de beber.
- ¡Cierto! De comer quiero cantidades obscenas de carbohidratos.
- ¿Ya tienes el menú?
- ¡Todo listo!
- A ver...
- Hamburguesa con doble carne y chingo de tocino.
- ¿Y chingos de queso?
- ¡Obvio!
- Ok, ok. ¿Qué más?
- Pastel y malteada.
- Ajá...
- Y vemos una película.
- ¿Cuál?
- Hombre mirando al sudeste.

Su enmarcada tarde frente al puerto, en la derecha el café que no encontró más, en la izquierda un cigarrillo, en la mente un improvisado y desenfrenado jazz, y en su cabello el viento.

sábado, 27 de mayo de 2017

No hay un alma

No hay un alma, por suerte ventea, recién estamos acribillando al tirano gobierno del presidente de ese norteño país, un poco convencidos que acá en el sur se está lejos de algo así... ¡qué equivocados!

Pequeña Orquesta Reincidentes, no hay un alma, la luna medio se asoma en Combate de los Pozos, no importa si resolvemos algo, el mundo se torna serio, gracioso y salta eso que al unisono decimos: "¡a full!".

No importa qué sea, no hay un alma y esta maravillosa versión de la vida que se sostiene entre las nubes, 3 galletas y aparece un gigante trajeado y con cabeza de trompeta, inclina su campana sobre la mesa que apenas se distingue por lo poco que escapa de la cocina, algo invisible presiona los pistones y succiona una y otra vez los pensamientos. Tres galletas son demasiadas dicen la Sra. Rata y una producción seriada de gotas.

Con el tiempo dirán que los antiguos lo llamaban "El festín para ratis".

Bien cerca del caos, no hay un alma, toneladas de sándwiches de bondiola abarrotados de papas fritas y mayonesa. No hay un alma, sin documentos, mareas de mermelada, extrañamente atemporal, toda la lucha en pocos metros cuadrados, todo el espacio en millones de páginas compañeras. No es fácil entrar, tiene truco la puerta, ella rebota por las paredes y ella y el I-Ching tiran todas las respuestas; especulan con una universidad y ella, solo ella puede ser rectora, rectora vitalicia.

No hay un alma y qué delicia la torta fría, tres generaciones nadando en Amargo Obrero, también qué delicia; anda bien el Fernet con pomelo para desbaratar la noche en Tabú y declararle odio eterno a La Caja de Pandora.

Su cabellera es la mejor gráfica de su bella mente, millones de mundo mejores todos a la vez y hacia todos lados. Tanta ironía, tanto sarcasmo, tanta verdad en su voz.
Él con su nube de tranquilidad, se consume y vuelve a armarse distinta, muy distinta, pero funciona; muchas menos palabras y también tanta verdad, el resto dice una cosa y la sospecha con que mira lo delata, simplemente es melodía en otro tiempo, sabe todas las escalas e improvisa apenas sujetándose del ensamble con 3 o 4 magníficas salidas.

No hay un alma, hay un jardín de sueños que el Dub Side of the Moon estimula. Hay vino, champaña con fresas y otro glosario de malas palabras. El 2 o el 37 dejan a cuadra y media, el 6B es eterno.

No hay un alma y vamos resolviendo el crimen y Frida se ríe y Juan Domingo sigue con la mirada sus manos, tanta política que ella acaba con el ejército de tutucas.

No hay un alma y la puta que los parió, hijos de mil yutas, son todos soretes.

- Tranquila.
- Me hinchan los ovarios. ¿Armás uno?
- Dale.

No hay un alma y Belgrano comienza a llenarse.

- Nos vemo' amigo, me re fui.

Son las... ¡bah! Parte del abecedario y algunos otros caracteres cuelgan de tu frente.

- Buenos días.
- Hola.
- ¿Un pucho?
- ¡¿Cómo?!¿Pensás desayunar?
- Vamos que amanece en Costanera.

No hay un alma, riega las plantas, está listo el arroz.

Los tacos que te debo

Realmente muy poco conocía de ahí: Zitarrosa, Benedetti, Mujica, Francescoli, Tres Cruces, el Centenario tres mañanas después de Sabina, Peñarol y un carbonero que me llamó "amigo Boca-boquense".

Crucé el Río de La Plata algo derrotado, lleno de incertidumbre y miedo por esa cualidad/facultad/habilidad que nuestra especie aún no desarrolla o quienes ya, no la comparten, pero que es también el mejor condimento de la vida: no saber qué pasará, no saber qué día se volverá. Entonces y tras 8 pasos básicos que el mundo asume todos y todas ejecutan en cada rincón de ese espectacular lugar, y tratando de mitigar con un pucho esos demonios que me acompañaban sin pagar pasaje, aparecieron las Leticias; dos mujeres de entonces 66 años, de Montevideo viviendo en Buenos Aires, que jamás se habían visto y que su simple deseo de felicitar las unió.

- Hace años que la vida me trajo a acá.
- ¿Y a usted?
- También. Pero te digo algo, no hay mejor lugar que casa.

Volví y entonces vos, ajonjolí de todos los moles, visceral mujer de escasa estatura y risa contagiosa, desordenada cabellera charrúa ocupada de quedarse con algo y de tejer un sólido macramé tan resistente como su temple, tan elaborado y sencillo como su fe en las personas.

Entonces marchas de nuevo ya sin incertidumbre temerosa, contento y con cierta deuda; y una mañana quizá mucho después de Sabina, con el tiempo ya muy evidente, timbras o mejor te inventas algo y entras a sonar la puerta y atiende una vieja inconfundible porque su risa y su esencia en nada pueden esconderse.

- ¡Hola!¡¿Qué hacés acá, negri?!
- Y, acá estamos por los tacos que te debo.

Logramos, con una dificultad que antes no estuvo, elegir una banca en el Ameghino, cebas el primero y enciendo un cigarrillo.

viernes, 26 de mayo de 2017

En Almagro

Se antoja una presentación a lo Michael Jordan defendiendo a sus Toros de Chicago; Sirius de Alan Parsons Project, luz apagada y una voz aguardientosa gritando dónde nació, el número en el dorsal y la posición en la que juega, pero no; vamos con el recibimiento que la hinchada canalla da a los suyos jugando en el Gigante contra la lepra, y eso porque se trata de un canalla, un rosarino.

Esto de las redes sociales trae mucho aspecto positivo y lo menciono porque cumplió con su propósito.
Un amigo periodista publicó un video que dura como media hora -ya sé que hace falta estar muy al pedo para chutarse treinta minutos de video (entiéndase YouTube o el Tube que más frecuenten)- y en donde actores, exfutbolistas, directores técnicos construyen una apología a Tomás Felipe Carlovich, el Trinche; yo no lo haré porque me limitaría a repetir lo del video, así que si les interesa saber sobre el Trinche, búsquenlo. Yo les hablaré de otro Trinche.

En Buenos Aires, Argentina muchos viernes del 2015, en el barrio de Constitución, en la calle Solís al 1973, en el bachillerato popular Miguelito Pepe coincidí con el Trinche, un rosarino que en ese bachillerato colabora en el área de matemáticas de tercero. Comenzamos con las cordialidades habituales hasta que un buen día le pregunto por el Trinche Carlovich ya que tiene mucho que ver con Rosario; habré preguntado poco antes de las 19:30, hora a la que este Trinche arrancaba sus clases y alcanzó a decirme: "¡No! ¡No me hables del Trinche que no entro a clases!".
Este Trinche es canalla como creo la mayoría, a muerte, y se lo debe a su abuelo; para muchas cosas juega fácil, de primera, pero dos cosas le involucran en estas palabras: el asado y su habilidad para contar historias.
Si bien ya lo conocía a este Trinche, otro genio fue quien me acercó a ese templo de logística filosófica de la calle Maza, el buen Kaky, cuerpo celeste de desconocida trayectoria y lugar de impacto con quien el gusto por la sana convivencia es una afinidad y quien un buen día me invitó a una reunión del área de matemáticas, nada tenía que hacer yo ahí, pero fui.


Los viernes de primavera sobre Maza bien pudiese postulárseles como de los días más lindos que acá aparecen; mucho tienen que ver las palomas en el cruce con Las Casas, arman su fiesta y verlas seguir y andar; y en el cruce con Calvo hay un almacén de sueños y un tipo esperando, y ahí llega ella, sin previa lo besa, le entra por cada punto posible y entonces comienza el día, el de él. En el colectivo que se los tatúa -a las y los transeúntes y los sueños y las palomas- se descansa como en ningún otro lugar; un tipo viene a dos manos planchando el uniforme, intenta no quedarse dormido, no pasarse 30 cuadras y se concentra en la viejita que aún no está convencida de haber tomado la ruta correcta y cada esquina pregunta si pasarán por donde ocupa. Ahí no se razona ni se intenta razonar, no existe tal instancia entre querer y necesitar descansar, no se piensa en el pendiente del trabajo ni en la masacre verbal que se avecina cortesía del patrón. Desconexión, ausencia y a Morfeo se lo ve colgando un letrerito de "Vuelvo en 5 minutos" para mecerse en una hamaca.

A un par de calles está el templo del cual el sacerdote simpatiza con la idea de Jesús hombre, mente brillante, pero hombre. Cuentan que alguna ocasión planteó que Jesús no caminó sobre el agua, era un tipo con mucha mente fría, esperó, observó y quizá halló un caminito de rocas y entonces anduvo.

Bariloche lo trajo hasta Baires, habrá que esperar a ver a dónde lo lleva Baires.
Vaya y que le cuente, con asado y vino, del tipo y sus libros para encontrar el jugador ideal para casi todas las posiciones.

Un tipo alto de sonrisa inocente que inspira toda la confianza, nada más no lo busque si está jugando Central porque si algo no sale usted será culpable, no importa que el canalla arrugue por excelencia. Ya esperaré respuesta si se entera de estas palabras.
Tocas timbre y asoma el Trinche para avisar que está por comenzar el tour por entre esa otra cara de la vida que el trajín al que la mayoría nos entregamos, nos esconde. Un breve pasillo que te regala la adrenalina previa a su cancha; es ir recorriendo los vestidores y pasas por el área administrativa, después donde se organiza la estrategia del compromiso en puerta, para luego subir una escalera que te saca justo a metros de la popular que se entrega a las genialidades de asado y bondiola que este tipo dibuja a pasitos frente a ella.

Historias grandes, un payador que se ubica re bien en el campo y sabe llevar el partido, siempre te deja habilitado y se inventa lindas jugadas que levantan todos los aplausos.

Ahí va el Trinche sabiendo que lo mira Solari por siempre y en mitad de la tribuna del Parque Independencia se pregunta qué hace un tipo tirado acaparando varios lugares hasta que le explican que se trata de Fontanarrosa y lo entiende años después.
Por ahí y se muestra en las crónicas del apasionado, no tan seguido, futsal, porque según él, para ser canalla, se es a full o no se es.
La bella vida se obstina en amargarse y éste la encara con porciones de la inspiración de Uli. Ese es el Trinche, este Trinche con su not so good english, la fuerza de Cande y la complicidad de Trini.

domingo, 5 de marzo de 2017

...

El gris horizonte que no se anima a precipitarse se organiza una y otra vez ahí después de la eterna marcha de botellas rotas o vidrios abiertos según algún estudioso de hoy.

Resulta que cada tanto se les ve a la muerte y al diablo bailando al ritmo de una tarola que cualquiera de ese par improvisa y quien no interprete va arrojando petardos; no están por alguien, es tan solo su fiesta aparte porque han sabido charlar con las personas correctas, las más enamoradas de la vida y su inagotable magia, como el abuelo de Milo. Entonces quieren saberlo, que no sea solo un relato que les deja con los ojos bien abiertos y media sonrisa de lado, de ésas que se aparecen en la cara cuando el recuerdo de una "maldad" se evoca; y quieren jugar también, sentir y saltar y agitar la mano, y cagarse de risa, y desparramarse a mitad de un parque y llegar corriendo a casa para preparar eso que recién descubren y que se llama café, y echar la cabeza hacia atrás y dejar que el humo de ese otro nuevo hábito se eleve como se eleva el Blue Trombone y azota el cielorraso como un pequeño mar de notas.

Tremendo grado de dificultad eso que hacen los mariachis de salir corriendo 30 o 40 metros haciendo sonar la trompeta o el violín para llegar hasta donde exponen su oferta y la promesa de una épica borrachera.

El derecho, el deber, la obligación, el menester, la necesidad de vivir con pasión, sentirse vivo/viva, y todos los vicios y las malas compañías, y el café, y las botellas rotas y el horizonte que ahora es azul, y Miró y Aisha y todas las películas de Woody Allen, y Seb hablando de jazz como exitosamente no puedo hacerlo tratándose de ti porque estás más allá de las palabras.

viernes, 20 de enero de 2017

267302

Lo que es posible descubrir o enterarse una mañana cualquiera esperando que se le atienda en el hospital, el que usted guste, público o privado son una porquería de servicio.

Perdieron la cuenta, hacía ya un montón que esperaban y ella no se había movido más que una vez al baño y volvió y seguían casi las mismas personas que llegaron después. Algunas se fueron y volvieron, otras no.

Somos 37 contando al que llegó recién, pero creo que murió; quizá murió antes y en una especie de reflejo llegó como para hacer saber que falleció y que alguien notifique a quien tenga que ser notificado, aunque parece que llegó solo. No aguantó mucho - dijo ella sin recibir la más mínima señal de atención del sujeto sentado a su lado izquierdo.

Ella tenía una enorme habilidad para darle sentido a los números, ese vicio de, cuando aún se utilizaban,  hacer sumatorias con los dígitos del ticket del colectivo; guardaba los que dieran veintiuno como resultado o los que representaban la letra inicial del nombre de algún tipo que le gustara.

¡Uy! ¡Se murió otra! ¡Tan linda! Coincidimos saliendo del baño, me dijo que nació en un pueblo del norte y que vino para acá a probar suerte; acá descubrió su gusto por la arquitectura, la estudió y trabajaba en obra, y ahí sufrió el accidente - continuaba ella hablando con el viento.

Si bien el tipo hacía como que la ignoraba, iba registrando cada comentario de ella.

- He esperado hasta 6 horas.
- ¿Eh? ¿Por qué tanto? - por fin preguntó él.
- ¿Usted es tarado?
- ¡¿Qué le pasa?!
- ¡Y, sí! Si me van a atender ¡Qué mierda hago!
- ¡Ja! Bueno, mi duda no es por qué esperó, sino qué pasó que tardaron tanto.
- Hace preguntas muy estúpidas.
- ¡Váyase a la mierda!
- Ja, ja, ja, ja. ¡Qué sentido!
- Deje de joder.
- Solo intento aligerarle la espera.
- ¡Aaah! ¡¿Es un nuevo servicio?!
- Ja, ja, ja, ja. Igual pasaré primero.
- ¡Ja! ¡Ahora resulta!
- Espere.
- ¿Qué pasa?
- Sabe, hace un rato la doctora salió a comentar que debía atender a otra chica que estaba en la sala porque le solicitó que viniera hoy. Pasó la chica y después llegó un tipo por quien ya no hubo explicación y entró de una.
Resultó que estaban citados para tener sexo, un trío, lo supimos cuando se escucharon esas inconfundibles exaltaciones; de hecho tuvimos que cantar para distraer a un niño que andaba a los brincos justo aquí.
- ¡¿En serio?!
- Ja, ja, ja, ja ¡Sí!
- Ja, ja, ja, ja ¡Qué loco! Bueno ¿y por qué está acá?
- Tengo una alergia nerviosa - cortita y al pie la dejó ella - ¿Vos?
- Y, cuando no hay recursos vas al público.
- Claro.
- ¿Qué con eso de la alergia nerviosa?
- Me empezó a partir de que sacaron los tickets del colectivo.
- ¿Por?
- Guardaba todos los que sumaban veintiuno.
- ¿Con el folio del ticket?
- Sí.
- ¿Por qué guardaba los veintiuno?
- Por un juego que aprendí en el secundario, de que sumabas los números del folio y si daban veintiuno, equivalen a un beso.
- ¿Canjeables?
- Algo así.
- ¿Y quién te los daría?
- Y, alguien.
- Mmm... ¿Y los que no eran veintiuno?
- Depende.
- ¿De?
- Pues, por ejemplo, si el ticket es el 981517, al sumar cada dígito el resultado es 31...
- Ajá...
- Ahora, el abecedario tiene 27 letras por lo que el 31 no representa ninguna de ellas.
- Sí...
- Entonces sumas el 3 más el 1 y te da 4. La "D" es la cuarta letra del abecedario.
- Ajá...
- Bueno, si conoces alguien cuyo nombre comience con "D" y te gusta, guardabas el ticket y si tenías otro con veintiuno, podías canjear ese "21" con esa "D".
- Ja, ja, ja, ja. Y si quien me gusta su nombre empieza con la letra 21 ¿qué pasa?
- ¡Mierda! ¡Nunca lo pensé! Pides dos besos, supongo.
- Ja, ja, ja, ja. Igual es divertido.
- ¡No te burles! Sufro por eso. Desde que sacaron los tickets no he conocido a alguien que me agrade.
- Me estás diciendo que tu vida amorosa depende de un ticket de colectivo?
- ¡¿Qué te importa?!
- ¡Cálmate! Hay números en todas partes.
- ¡¿Como en dónde?!
- Mmm... Pues... Seguro pagas algún servicio: agua, luz, etc; las boletas traen todas folio.
- ¡Tienes razón! ¡Lo intentaré!
- ¡Bien!

Salió una enfermera a informar que había una demora de 2 horas y en esa intervención se fue la chica de los números.

- ¿Cómo te ganas la vida? - preguntó ella.
- De momento solo subo al subte a tocar la guitarra y ganarme unos pesos y...
- ¡Ahora no me digas tu nombre!
- ¿Eh?
- Sí. Solo dime el número de la letra con la que empieza.
- ¡Ah! A ver, deja hago cuentas.
- ¡Bah!
- Mmm... ¡la 10!
- Ok. ¡Chau!
- Pero... ¿no te vas a atender?
- Ya no. Lo mío es alergia nerviosa.

Ella habrá esperado 4 horas y se fue sin ser atendida, él habrá esperado otras 3 y en ese inter pensaba y pensaba en el juego de los números; cuanto más se obsesionaba, más absurdo lo encontraba e intentaba pensar otra cosa.

Luego de unos días, una mañana el tipo interpretaba su lista de canciones y colocó su gorra para quien quisiera cooperar. En el último vagón donde tocaría tan solo le colocaron un billete de 5 y otro de 10; alistaba todo para bajar y otra persona llega y le arroja un montón de papeles.

El tipo se sorprendió, no entendía porque una persona agarraría de basurero su gorra; quería mandarle un derechazo, pero se contuvo y notó que lo que le habían arrojado eran todos tickets de colectivo. Tomó uno, hizo la suma... ¡21! Tomó otro, hizo la suma... ¡21!

- Son todos 21 - le dijo una mujer.

Levantó la cabeza y vio una mano que le extendía un ticket más; hizo la suma y daba 10.

- Soy Tamara.

Se reincorporó por completo y sonrió a la par de su ex compañera de sala de espera del hospital.

jueves, 12 de enero de 2017

Pañalera color rosa

Como no sabían si sería niña o niño consiguieron una pañalera amarilla, color "neutro" para no fallarle.

En el hipotético caso de que apostaran porque sería nena y elegían la color rosa ¿habría habido crisis, devaluación, represión, censura, violencia de género, machismo enfermo, feminicidios, corrupción, opresores, oprimidas? Pasó igual y no creo que por el color de una pañalera.

Enseñemos a ser felices, libres, a -como dice Merlí- ser.

Inculquemos el amor por el amor, a llenarse de sensaciones, momentos, experiencias, no a vivir ocupados de si la marca se raya o se mancha. Cortázar sugería como un infierno florido el que te regalen un reloj, pero es algo que aplica para tanto porque, como bien dijo, te regalan el miedo a perderlo, a que te lo roben, a que se te rompa; con el tiempo vendrán a preguntarte por el obsequio, jamás preguntan si la pasaste para la mierda cuidando de algo y deseando un campo de protección de 5 metros de radio. Prueba de este revoltijo de palabras: el juguete de moda y siempre preferimos la caja nave espacial/coche de carreras/chistera/et al, hasta que nos pasan al rastro y nos mutilan el cerebro.

Me invade una preocupación enorme, es quizá un mal terrible, espero no sufrir severos trastornos físicos porque tengo una playera rosa y me gusta mucho; ahora me dio por lavar trastes, también ropa, cada tanto barro y trapeo y hasta cocino; veo películas de comedia romántica o drama y río y lloro y a veces lo hago comiendo helado.

¿Y si es verdad? ¿Y si el machito está cayéndose a pedazos?

De hecho, ahora que lo pienso, mi voz está cambiando, estoy terminando de convertirme en un tremendo tarado.

Y por fin me pregunto ¡¿qué chingados si la pañalera era rosa?!

lunes, 9 de enero de 2017

Clase de filosofía

Para el pequeño Larousse Ilustrado la filosofía es amor al conocimiento, ya si se consulta la RAE, Wikipedia, El Rincón del Vago o monografias.com, quizá venga algo más desglosado, vasto, explícito, pero groso modo esto sirve.

Según una amiga que estudió filosofía, todo el mundo hace filosofía; acorde a lo anterior, habré interactuado con grandes filósofos. Nunca investigué con qué se drogaban filósofos griegos o alemanes, pero alcohol y/o porro fomentan esta actividad.

Un ejemplo de esto son esos ya impresos lunes en Combate de los Pozos donde desaparecieron muchos más de Tres Deseos, algunos cuantos litros de gaseosa, algunos cuantos paquetes de arroz, una que otra tira de asado y muchas latas con atún; Ludo reloca rebotando en las paredes, nosotros fantaseando con las terrazas de enfrente, media sonrisa por la tranquilidad de un peculiar pensamiento y salir por Belgrano.
- Relajá que vamos muy aprisa.
- Ok.
- El que espera no desespera.
- Chúpame el mión.
- ¡Cállese pinche perro!

Para mi amiga, y sujetándome a lo que entendí de lo mucho que me explicó, la filosofía es un tremendo platillo con personas, experiencias, sensaciones como ingredientes. Hago una pausa para confesar que entre lo del jengibre, los conectores y la inexistencia del tiempo, sigo tratando de juntar los pedacitos de cerebro que tengo bajo mi custodia.

Mientras todos los reptiles estaban preocupados por el asadito e iban bajando las reservas cerveceras, comenzaron a tratar de resolver el mundo, a querer entender por qué el cangrejo va hacia atrás o si va hacia delante, y saltó el primer profundo.
- Según Spinoza, Dios hubiera dicho: "lo que quiero que hagas es que salgas al mundo a disfrutar de tu vida".
- ¿Paz? - preguntó/respondió el típico que siempre se fastidia por esas pláticas.
- ¡Baruch, puños! - contraatacó el primer profundo.
- Y Dios ha muerto, según Nietzsche - saltó el segundo profundo.
- Y Pedro Infante está vivo, pasa todas las mañanas, según Arjona - atacó de nuevo el fastidiado.
- Pinche vatito cagapalos - se defendió el segundo.
- No puedo comprender lo que sería una libertad que me fuera dada por un ser superior, dijo Camus - aportó el tercero de los profundos - Y ya no estés chingando - se dirigió al fastidiado.
Entonces intervino el cuarto y más profundo de todos.
¡Déjense de mamadas y pónganse a pistear!