sábado, 23 de julio de 2011

Tu llegada

Vas a conocer el mundo,
vas a preguntar por todo,
para mostrarte lo grande que hay en él
sin omitir lo deleznable, porque existe.

Lo mejor es que el mundo te va a conocer;
recién llegas y quienes se acercan
van tomando algo de ti, pero
¿qué será lo que tú vas dejando en cada quien?

Esas pequeñas manos que esperan ir coloreando el lienzo cotidiano,
que esperan ofrecer figuras y trazos
para dar toques que cambien rumbos.

Ya respiras donde algunos
hace tiempo te imaginábamos,
pero tu pauta es asombrosa, es distinta,
porque todo lo vuelve rescatable.

Tu llegada es como muy pocas,
tu llegada corresponde a lo irrepetible,
tu llegada mejora atmósferas, endereza estructuras,
tu llegada cambia el viento.

Tu llegada viene y da fe de muchas creencias:
del amor como ningún otro,
de la única prueba del amor eterno,
de que por amor no hay imposibles,
de la capacidad del hombre de hacer
un mundo mejor, por amor.

Ya vendrá el día donde no halles el mejor comienzo
para indagar lo que no tiene sentido
y te urja darle uno; ya llegará el día
donde tengas tantas preguntas, y sepas
en quién hallar cada respuesta.




gatts

¿Dónde estás?

El humo va pintando todo el cielo,
el ámbar va quedando expectante
perdiendo su temperatura,
guardando secretos, bellas imágenes.

Descansan unas ideas, se ausentan otras
entre el mundo para reflexionar;
otras ideas conversan con el tiempo,
otras viven hoy muy alto para acudir
cuando sea necesario.

Se van reuniendo viejos horizontes,
aunque de pronto se avivan mucho,
saben su intervención y su longevidad,
referencia del camino que trae estas palabras.

Van sonando relatos de lugares,
lugares que en cambio guardan nada,
gente y actos, uno o más viajes
para saber ¿dónde estás? y ¿con quién?

El humo se detiene un poco
para que las ideas estructuren otros ambientes,
mientras se multiplican los secretos
y el ámbar que los aloja.




gatts

martes, 12 de julio de 2011

Llueve

Que grato es tener presente
tu constante mirada verde profunda,
que debiera aceptarse como un total
pero que en cada lluvia vuelve a nacer.

Llueve para que cobren nueva vida
lamentos que parecían disueltos u olvidados;
es tan cierto que todo es insuficiente
cuando se tiene, y se añora cuando no.

Es con la lluvia donde se revuelve todo,
las pequeñas embarcaciones que la gente
sigue con la mirada; embarcaciones
que hasta hace poco eran oxígeno.

Se escurre la maldad y sus huellas,
se pone la melancolía de algunos,
exigiendo la reflexión de otros
bajo la paciencia del campo y su tiempo.

Los ríos aceptan hacer el resto
para este cúmulo de pensamientos mágicos
y posibles en sus viajes
desde el cielo hasta el cielo.

Suenan mucho más las gotas al llegar
que los disparos en su corta existencia,
por la tarde cuando no trascienden aún
las actividades de mañana.

Un joven cierra sus ojos y evoca,
un niño desafiante... danza,
mientras el niño vecino decide el vencedor
entre un vaso y una bolsa.




gatts

No tengo tantos discursos

Simplemente hay cosas que no pueden ocultarse,
es verdad, hay momentos que me sorprenden distante
y con una ambigua felicidad,
producto de la idea de encontrarte.

A veces nos perdemos y es difícil,
porque aparece la desesperación y el desánimo;
no así en tu profundo mirar que lo rinde todo
o al menos a mi, que tal vez nadie más percibe
o del que sólo yo no busco salida.

No tengo tantos discursos
como los que imagino que escuchas atenta,
para los cuales siempre la mejor respuesta
la pronuncia tu sonrisa.

De tu figura no me permito hablar,
porque creo saber cómo es,
su aroma y su sabor a mañana fresca,
es decir, que inspira y quisiera quedarme ahí.

Ahora mujer, es cuestión de tiempo,
para que llegue el día
en que estemos frente a frente,
y dónde quizá respondas más que una sonrisa
y florezca la mía.




gatts

El verdadero pueblo

Que bueno es ser parte de una cátedra,
de la cultura y la educación ocurriendo;
que bueno ser parte de una muestra
que un día hablará de un breve inicio.

Hasta hoy, parece que una minoría
y cada una de sus decisiones
van socavando a un cálido ser
condenándole gradualmente a su triste fama.

Personas reclamando sus anhelos,
preguntando por sus caminos, añorando sus pasos,
llevando los días, lamentando la noche
mirando por la ventana, mientras la luz lo permita,
las cosas que no vuelven.

El verdadero pueblo no hace énfasis en la tragedia,
se dedica cada día a mejorar,
es consciente que para sonar mejor
se ocupan muchas horas y se logra.

El verdadero pueblo ríe y festeja,
halla vertientes que aseguran su traslado
por entre manchas de agobio que aún ellas
no pueden percudir el brillo y valor
de un uniforme, de un semblante.



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