jueves, 27 de marzo de 2014

Aprendiendo a usar el twitter

Para entendimiento y paz propia, escribir un tweet puede ser en promedio lo mismo que escribir tres haikus: 140 caracteres para una idea, como decir que tienes 140 bloques para levantar un edificio; la estructura puede quedar, pero no sé si bien cubierta, sin descobijar puntos esenciales y, sobre todo, que sea un edificio.
¡Bah! ¡Hagamos el intento! De arriba a abajo y de regreso:

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Camino: Tu cabello. Tus ojos. Tu boca. Tu cuello. Tu pecho. Tu cintura. Tu cadera. Tu sexo. Tus rodillas. Tus pies. Tus rodillas. Tu sexo...

Después puedo añadir foto, una ubicación; no me quedan más caracteres... Twittear.
Es esto y tal vez el retweet de la foto de un montón de flores que miran como asciende un globo que dice: "Te amo".




lombardo

martes, 18 de marzo de 2014

Carnaval toda la vida

"Sólo te pido que te vuelvas de verdad y que el silencio se convierta en carnaval". Los Fabulosos Cadillacs.

A cualquier edad algunos ya saben qué quieren hacer de su vida, yo no.
Me fui siguiendo a la mayoría avanzando hacia algún punto que desconozco y de pronto me pregunto: ¿realmente me gusta? ¿realmente me apasiona lo que hago?

Durante un tiempo lo difícil era escuchar, los que tenemos, que nos llamaran por nuestros dos nombres: algo hicimos mal. En ese tiempo el primer lunes de mes había revisión, igual llegó la libertad de elegir. De un tiempo a acá ya no se tienen; ahora es el cabello aburrido, el atuendo triste y el comportamiento gris, y todo por haber crecido. Alguien decidió que con la edad la gente debía apagarse.

Sencilla vida cuando pequeños: discutes, duermes, vuelves a jugar.
Lo que hacemos de este lugar es tal vez una tragicomedia que vamos heredando; una herencia que dejan personas que supieron extinguirse entre preocupaciones y apariencias.

La ansiedad por presumir las macetas quebradas, los techos saltados, los recados anónimos, el recién aprendido modo de doblar cartas; lo cambiamos por oscuras miradas que vociferan muchos arreglos, trabajo y cantidades, mientras intentan ahogarse en una o tal vez dos tazas de café.

¿Y qué nos queda? Refugiarnos en la imaginación, donde los cielos y los horizontes los alcanzamos y se parecen tanto a una mañana soleada, a una tarde de viento, a una noche de fuego; donde la vida tiene un fondo musical, llueve cerveza y los árboles tienen hojas de tortilla y su fruto son cortes de carne.

Ese mundo donde sembramos litros de mezcal y nos cobijamos con rebanadas de pizza. Ese mundo donde nuestros tontos discursos son abordados por tonterías mayores seguidas de júbilo y festejo. Ese mundo donde las bandas de guerra son batucadas y las disputas por territorio se resuelven en un partido de futbol o de playstation, para los que somos más huevones.

Nos comunicamos porque eso es lo que las personas hacen, sin prejuicios que te prohiben bailar o simplemente saludar, y te despides con una sonrisa porque importa el momento.

Toda esa melancolía la repaso en la cabeza mientras miro con atención cómo desciende la cheve del cuarto embudo que me zumbo, alrededor brincan y ríen algunos, otros chocan sus tarros y gritan como espartanos; entre sacudidas de bachata y reggaeton tantas lindas mujeres tienen alterados a mis coterráneos marcianos.

Cada que vengo a estos eventos me acompaña un cardiólogo. Las mesas son pista y las cubetas sirven para mucho más que portar agua. Todos los carnavales del mundo aquí desembocan. Sin ensayos previos los coros y las coreografías se forman, y esta escultural rubia de porcelana me grita al oído canciones de Tropical Panamá y de Mister Chivo.

Me hice acompañar de una modelo, una baterista y una doctora para hacer todos y cada uno de los pasos de la "Macarena"; mi maestra de historia está bailando "Payaso de rodeo" junto con mi vecino el juez.

Aquí hacemos lo que creemos que debe ser. Si leíste el mensaje, caele; este pex va pa' largo.




a. lombardo

Recuento

Los recuentos no son más que placebos para la nostalgia.

La memoria se manifiesta y sí,
se muestra el mundo donde el tiempo es aparte;
se muestran los días de veredas, de flores, de parques,
de árboles, de sombras, de manzanas, de algodones;
días cuando colocabas todas mis quejas
en la burbuja número 500 de tu goma de mascar
y las hacías volar para darme a cambio
una veta con olor a cereza.

No considero que se haya hecho tarde
ni que esos cúmulos naranjas jueguen en contra;
tantas cosas te evocan y sigo creyendo
que bastará vernos para resolver
que el resto lo inventaremos juntos.

Sí, igual disfruto los sonidos, los colores, los aromas;
nada de esto me condiciona.
Sí, estás en mis múltiples pláticas
de lunes, de jueves, de viernes;
y al final de tu participación, sonrío
por la certeza de coincidir en las tuyas los mismos días
o el resto de la semana.

Sin importar lo que sea, ten presente
que cada que nos encontremos
tendremos nuevas ideas, cosas nuevas,
una nueva versión nuestra, evolucionada,
que seremos siempre tú y yo y una libreta en blanco.




a. lombardo

miércoles, 5 de marzo de 2014

Por eso el cielo

Con el abuelo coincidí poco tiempo. Según recuerdo, él falleció cuando yo tenía 6 años. El viejo tenía una envolvente habilidad para explicarlo todo, y esa habilidad la disfruté para darle respuestas a la curiosidad que poco a poco lograba que me interesara por el mundo.

Aquí quiero contarles algo que el viejo me compartió y que parece un déjà vu porque ahora el tiempo me da la oportunidad de contárselo a mis nietos.

- Abuelo ¿por qué el cielo es azul y blanco?
- Bueno hijo, lo que pasa es que Dios…
- ¡Ay, abuelo! ¡Ya vas a inventar cosas!
- Ja, ja… ¡no, hijo! Lo que te voy a decir es verdad, pero muy poca gente lo sabemos.
- ¿Seguro, abuelo?
- ¡Claro!
- Está bien. Cuéntame.
- Te decía, Dios creó el universo, creó a los ángeles, creó al hombre…
- ¿Diosito?
- Sí, hijo. Diosito.
- ¡Ohsu!
- Los ángeles eran muy felices hasta que Dios creó al hombre y lo mandó a vivir en la Tierra…
- ¿En la tierra? ¿Como hormigas?
- Ja, ja… no, hijo. En la Tierra, nuestro planeta.
- ¡Aaah! Bueno ¿y qué más?
- En ese entonces la Tierra era un lugar en blanco; aunque la biblia dice que Dios creó todo y al último al hombre, la verdad es como te lo digo, lo vi en el Yutuvi. Dios decidió que el hombre iba a vivir ahí y después le iba a poner los árboles, el sol, el cielo, todo. Como Dios mandó al hombre a la Tierra, algunos ángeles se molestaron y se pusieron en contra de él. Esos ángeles que se enojaron comenzaron a hacer monstruos y los mandaron a la Tierra para asustar a los hombres, lo que provocó que Dios se enojara con ellos, pero en lugar de castigarlos les habló para preguntarles lo que querían y cómo podían arreglarlo.
- ¿Y esos ángeles cómo se llaman?
- ¡Espérate!
- Ok.
- Llegó Lucifer, que era el jefe de los malos, junto con Drácula, El abominable hombre de las nieves, Pie grande, El hombre lobo…
- Pero dijiste que a los hombres los mandó a la Tierra y ahora estás diciendo que hay un hombre de nieve y otro lobo…
- Bueno es que los ángeles malos convencieron a unos de ser como ellos.
- Ah, ok.
- Cuando llegaron, Dios escuchó lo que querían y propuso jugar un partido de futbol de los ángeles malos contra los buenos y el ganador pondría sus condiciones. Los buenos defendían al hombre.
El estadio estaba a reventar, la cosa es que los malos por malos pusieron de condición que con el empate también ganaban que porque el gol de visitante valía doble.
El equipo local se paró en la cancha con un 4-2-4: el portero era Hahaiah; los centrales eran Hazael y Mabael; lateral izquierdo era Achaiah, y el derecho Cahetel. Los contenciones eran Nanael y Nithael. Arriba un espectáculo: Mebahiah tirado un poco atrás de los otros 3, un genio, un mago con el balón, un artista; sus compañeros le mandaban palos, piedras, bultos, y él todo lo convertía en esculturas, cuadros, postales. Un jugador por el que no dudarías en salir de la cancha, ir a la taquilla y pagar otro boleto tan sólo porque lo vale verlo jugar. Adelante de él estaban Vehuel, Yerathel, y el capocannonieri  Lauviah, todo lo que pegaba iba a gol.
Los malandros jugaron un 3-5-2: Lucifer en la puerta, por derecha Angul, el central era Baal, y por izquierda Apepi. El medio con dos contenciones: Ibwa y Mammon; por las bandas: Soplo por izquierda, y Mush por derecha; el cerebro era Abbadon, otro genio que con balón al pie parecía que iba inventando sinfonías. Arriba Samael y Seth.
- ¿Cómo te acuerdas de todos esos nombres si están bien difíciles?
- Tu abuelo tiene buena memoria.
- Ji, ji, ji.
- El partido estaba con todo, el ambiente inmejorable. En las tribunas estaba el reto entre la hinchada celestial contra la hinchada demoniáca; y cantaba la celestial: "¡Yo sin ti no sé qué haría, eres tú toda mi vida… siempre te seguiré y yo te alentaré en todos lados. Somos tan diferente a los demás!"; y contestaba la domoniáca: "¡Diosito no lo entiende, somos incomparables. No hay más como nosotros, nunca nos van a igualar jamás… Vamos ángeles tenemos que... ga-nar!".

Al minuto 16 Mush se sacó de encima a medio equipo contrario, se mandó una jugada digna de todas las palmas, digna de todas las flores, digna de todos los piropos… ¡jugadón! Recuperó el balón en la mitad de la cancha luego de que Vehuel quiso conducir, se barrió Mush y lo mandó de cabeza al pasto; tan pronto se incorporó, le salió Nithael y le hace túnel; pega sprint, se topa a Nanael que venía decidido a rebanarlo, pero llegó tarde y se comió el mismo gesto que su compañero de posición; este ingeniero estaba construyendo túneles a montones. Iba en diagonal hacia su parcela y Hazael le quiso poner fin a lo que les estaba pintando en sus caras, pero Mush pisó la bocha, metió cuerpo, giró como si estuviera en pleno ballet y continuó su trayecto. Ya sobre la banda levantó la de gajos, le hace un sombrero a Achaiah y cuando parecía que el defensa se recuperaba, aparece el pie derecho de Mush para hacerle otro sombrero y para cuando el lateral giró, ya le habían hecho el tercer sombrero. Ni los simpatizantes de los visitantes podían creer lo que estaban viendo, con balón controlado ya dentro del área rival, Mush desparrama a Mabael y cuando Hahaiah sale a achicarlo, éste toca atrás para que ya sólo la rozara Seth. ¡Goooooooooooooool, goooooooooool! la tribuna visitante se avalanzaba hacia el campo y bailaban y se burlaban de los locales.
Todavía no terminaban de festejar cuando Mammon le entrega el esférico a Abbadon quien recibe de espaldas a 3/4 de cancha, de un sólo movimiento se saca a Nanael, pega un zurdazo al que no llegaba nunca Hahaiah… ¡0-2!... y la demoniaca: "¡goooooooooooooooooooooooooool! ¡Diosito no lo entiende, somos incomparables. No hay más como nosotros, nunca nos van a igualar jamás… Vamos ángeles tenemos que... ga-nar!". Así terminó el primer tiempo.
Los locales no la vieron nunca en los primeros 45. Ahora sí que sólo Dios sabe lo que se dijeron en el vestidor, pero para la segunda parte Dios creó lo más hermoso que va a ver uno tratándose de futbol.
Nanael, Nithael y Mebahiah se encargaron de todo; los contenciones lo cortaban todo, recuperaban y buscaban al genio, que hasta hoy puede decir que puede jugar sin delanteros.

- Espera, deja prendo un cigarro.
- Ok, abuelo. ¿Me dejas apagar el cerillo?
- ¡Ja! Ese es tu trabajo, no debes andar preguntando.
- Ji, ji, ji… Gracias, abue'.
- Eres el consentido porque te gusta el futbol, pero no le digas ni a tus primos ni a tus hermanos, ¿ok?
- Ji, ji, ji… nunca, abue'.
- Bueno. ¿Recuerdas el gol de Maradona?
- ¿El mejor de los mundiales? ¿El del "Barrilete Cósmico"? ¿El de "genio, genio, genio, está, 'tá, 'tá, 'tá"? ¿El de "Gracias Dios por el futbol"?
- Ja, ja, ja, ja… ¡Sí, ése!
- ¡Claro que sí, abuelo! ¿Por?
- No, sólo pregunto si lo recuerdas.
- ¡Ay, abuelo!
- Ja, ja, ja. ¡Mentira! Mebahiah decidió bajar a recibir un saque de meta, pisó la bola y se dirigió a sus compañeros: "¡Amigos! Tenemos que calmarnos; recuerden que estamos defendiendo la decisión de papá y sabemos cómo hacerlo, pero tenemos que calmarnos y dejar que fluya lo que venimos a hacer. Hay muchos ángeles apoyándonos. Vamos a sacar el juego. ¡Venga!". Hahaiah le toca la bocha y comienza el gol maradoniano, pero más mejor: túnel - sprint - dribla uno, dribla dos, dribla tres - túnel - cubre - domina - sombrero - sprint - pisa - túnel - dribla uno, dribla dos - saca a Lucifer y a cobrar… ¡goooooooooooooooooooooooooooool! Así suena la canción que más te guste, igual que el mejor gol que puedas ver, igual que el primer beso de tu novia…
- Abuelo, pero yo no tengo novia.
- Pero vas a tener un día.
- ¡Ohsu! ¿Y va a estar bien bonita?
- Si está nalgona es mucha ventaja.
- ¡Ay, abuelo! ¡¿Por qué nalgona?!
- Ya lo entenderás.

Y el tiempo le dio la razón al viejo.

- ¡1-2¡ Quedan 35 del segundo, los locales presionan con todo. Nanael presiona y carga a Abbadon, Nithael lo barre, lo levanta por encima de las nubes, recupera el balón justo fuera del área grande de su campo, levanta el cuerno y contempla a Mebahiah que le marca el pase como para que el balón llegue a la espalda de los centrales derecho y centro. Mebahiah acelera y Nithael le pone el balón donde la imaginación de ambos acordaron, lo controla de aire con la derecha, le sale Apepi, pero antes de que el balón toque pasto da dos dominadas, lo eleva un poco, le hace sombrero al defensa y cuando la de gajos venía cayendo… ¡puuum! Le imprime el empeine derecho en las costuras, y aunque Lucifer voló, el balón sólo encontró calma en la suavidad de la red… ¡goooooooooooooooooooooooool! ¡goooooooooooooooooooooooool! ¡goooooooooooooooooooooooool! ¡goooooooooooooooooooooooool! ¡gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool! ¡Dios santo! ¡2-2! ¡Regresaron los buenos! ¡Les falta 1 y quedan 30!

- Abuelo ¿vas a prender el cigarro?
- Je, je… ¡sí! ¿Viste que el fuego es azul de abajo y amarillo arriba?
- ¡Sí! ¿Ya lo apago?
- Sí.
- ¿Y luego abuelo?
- Pasaron 20 minutos y el partido estaba muy cerrado. El acuerdo había sido muy claro: 11 vs 11 y sin cambios.
- ¡¿Y eso?! ¡¿Por qué?! ¡¿Y si alguien se lesionaba?!
- Pues eso pasó. Seth pisó mal y el tobillo se le hizo sandía…
- ¡¿Sandía?! ¡¿En serio?!
- Ja, ja, ja… ¡sandía!
- ¿Y cómo podía correr?
- No podía, por eso lo tuvieron que cambiar. Cuando iba a salir, Ibwa y Mammon convirtieron sus tobillos en jícamas…
- ¡¿En jícamas?! ¡Ohsu!
- ¡En jícamas! Y así hicieron 3 cambios, logrando meter jugadores que estaban frescos y podía correr más. Entraron Drácula por Seth, el abominable hombre de las nieves por Ibwa, y el hombre lobo por Mammon…
- ¡Ah! Ahora entiendo por qué andaban ahí.
- ¡Exacto! Y los 3 jugaban muy bien. Drácula recibe de espaldas en los límites del área grande, gira con todo y marca, pega un derechazo y deja la portería como gelatina…
- ¿De qué sabor?
- Vaya, no tal cual gelatina sino como… mmm… ¿Viste como se le ven las pompis a doña Norma la vecina cuando sale a caminar?
- ¿Que se pone unos shorts bien chiquitos que se le meten en la cola?
- ¡Ándale!
- ¡Oooh sí! Se le mueven mucho, abuelo.
- ¡Eso mero!
- ¡Aaah! ¡La portería se quedó moviéndose mucho!
- ¡Exacto! El balón salió disparado hasta la media cancha, justo al pecho de Mebahiah. El genio le pone el pecho, antes de caer le confecciona un sombrero a Angul y cuando iba cayendo la pelota, le hace un túnel a Baal; esto apenas cruzando la media cancha y de ahí le mete la externa de la zurda con mucha fuerza, el balón parecía que iba a irse hasta la esquina, pero agarró un efecto impresionante, hizo un arco de todos los colores tan bonito que a Dios le gustó y ahí nació el arcoíris. El balón se fue siguiendo ese arco de colores y cuando llegó a su fin, encontró la portería de los malos.
Ya ves que dicen que al final del arcoíris hay un tesoro, bueno esa es la realidad: el arcoíris lo dibuja un balón de futbol y el tesoro es el gol.
¡Gooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooool! ¡3-2! ¡Los buenos dieron la vuelta! ¡Quedan 3 minutos! ¡El hombre se va a quedar en la Tierra!
- ¡No manches, abuelo! ¡Van a ganar los buenos!
- Sacan los malos, tocan y tocan, meten un centro al área desde medio campo y brincan Drácula y Hazael, pero cuando Drácula sintió que Hazael luchaba con él, tuerce su cuerpo y se tira hacia delante… ¡Piiiiiiiiiiiiiii! ¡Pe-nal-ti!
- ¡¿Qué?! ¡¿De dónde, abuelo? si los dos van al choque! ¡No estás viendo!
- ¡Cálmate, hijo! El árbitro así lo vio.
- ¡Pero abuelo, no se vale!
- El árbitro dice que tirando el penal se acaba el juego. Si empatan, por gol de visitante, ganan. La hinchada local está en silencio; la visitante brinca y canta, agitan sus pañuelos azules y amarillos… ¡Drácula coloca el balón, Hahaiah se mueve sobre la línea de meta; Drácula se quita el sudor, el árbitro acomoda a los demás jugadores; Drácula se prepara, corre, pone la de apoyo, va a sacar el derechazo, se persigna y… Drácula se empieza a derretir; Drácula pega un tirito escurrido y desaparece, Hahaiah corre, agarra el esférico y el árbitro silba el final! ¡Los buenos ganaron! ¡La hinchada local agita sus banderas rayadas blancas con azul! ¡A Dios le gusta el uniforme de los locales , les da la alegría y el cielo. El cielo lo pinta azul y blanco! ¡La tristeza y el infierno es para los malos!
- ¡¿Por eso el fuego es azul y amarillo?! ¡¿Por eso hay fuego en el infierno?!
- ¿Cómo ves?
- ¡Entonces el cielo es azul y blanco porque Dios es Rayado, y los tristes e infernales son los Tigres!
- ¡Ahora ya lo sabes!
- ¡Gracias, abuelo!

Como les dije: el tiempo le dio la razón al viejo.




a. lombardo