Cuatro estaciones

1.- La sugerencia no debió ser muy compleja:

jóvenes y con el dese de experimentar un clásico,

una fórmula comprobada.

2.- Ya habiendo seleccionado los elementos,

es tiempo de intercambiar temas o

retomar y aclarar algunos.

Te ofrendo cada sentido para que llegues.

3.- Disponemos de cada factor que solicitamos

más algo obstruye aquella partida que

diseñamos o con seguridad al menos uno lo hizo.

4.- No hay sentimiento que no sucumba

al encanto de la música, y aunque

nos regalamos un amargo pasar,

te sujeto fuerte y con alivio brindando

por la variante de nuestro marchar

detallado en reconciliación y sustentado en calma.

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3 Ingredientes

La experimentada, osada e implacable soledad;

la renuente, plena de júblio e insegura actitud

del mundo adecuado a ajadas fórmulas;

y la firme mirada de entrega a lo que le genera todo,

aunque le demuestren algo totalmente opuesto.

Por un lado, aún manifestando con alarde que

hay en el mundo cócteles que ya no le surten efecto;

encontramos una belleza expuesta y que ha digerido

tal vez sólo un trago amargo, y viaja desechando,

ignorando su pronta redención, no por derrota, sino por memoria.

Por otro lado, un precioso ser

en su entero derecho de pedir la

aceptación de lo que lo vuelve único,

convencido de merecer eso y temeroso

de no aspirar por otros caminos;

dispuesto a reconocer panoramas, intentos y gestos,

más aún indeciso de abandonar el hastío.

Y el lado ingenuo, puro y pleno de este platillo;

un flanco que atenderá a desgastados errores y no,

porque sólo entiende lo que es gozar del tiempo,

porque hay a quien le funciona, hay a quienes no y a quienes

como en este caso no les interesa saber,

aunque busquen demostrarle todo lo contrario.

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Por tu hombro

Por tu hombro, toda tú, tu ser completo

evoca tantas y tantas conjeturas,

tantas como los destellos que

obsequia un firmamento en la cima

de una fresca noche de abril.

Tu figura representa arte,

no precisa una opinión,

se somete a cúmulos de interpretaciones

y rescata siempre un dejo de gusto.

Tu cuerpo, tu encantadora silueta,

toda una armonía soberbiamente

colocada y desplazada en un melódico andar que difícilmente

en una lectura puede lograrse.

Tu sombra, vestigio de tu aroma,

dictan la vereda de un cuadro,

cuadro que migra y morfa,

sustituye matices, momentos, lugares,

y siempre destaca tu estela naranja

y tu rostro trigueño.

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Silencio

De silencios a silencios

la incomodidad de un momento, manifestada;

el inmejorable planteamiento de una idea

o un simple atrevido desafío a interpretar.

Un silencio puede encontrarse

en las represiones a la memoria,

una ilusión que pugna por edificarse

y una indiferencia a instantes de colapsar.

En definitiva estos asuntos

expuestos a las conjeturas del deseo,

jamás habrán de sugerir un silencio,

y de hacerlo, ha de ser en algo que no precise palabras y hable de todo.

Similitudes que se reconocen como tales

y optan por distanciarse,

porque son trayectos familiares por memoria,

que sólo pueden ocultarse tras silencios.

Aunque represente la instancia ideal

de descubrir y conquistar cada día,

tan terrible es la indiferencia que muestras a tu memoria,

como el silencio que pretendes que impere.

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