el estado de ausencia en que me hundo,
el mundo donde todo lo bueno que conozco
habita en tus ojos y sólo eso, donde todo lo bueno
que escucho lo dicen siempre tus labios y el pueblo
es feliz con tus fascinantes edictos.
Quien mire tu rostro entenderá
el encantamiento que dirige a mi sonrisa y
coordina mis suspiros, por el imperdible festejo
que representa la tuya, y la suavidad con que viajan
los tuyos mientras van envolviendo todo.
Quien mire tu rostro entenderá
la placentera adicción a la que me he entregado,
donde aún no invento un gesto o un comentario
para atender al momento en que aproximas un beso
y generas partitura para esta sinfonía que sólo yo
percibo, que sólo yo escucho.
Quien mire tu rostro entenderá
el júbilo que no es posible ocultar,
entenderá como se rezagan las limitantes del sueño
por cada una de tus intervenciones, y la
vigencia de este hasta en los recovecos de la soledad
y su sabiduría.
Quien mire tu rostro entenderá
cada palabra y la insuficiencia de las mismas.
gatts