lunes, 12 de noviembre de 2018

Algo para decir

Nunca me aprendí un poema y hace tantísimo que no intento describir un sentimiento, en silencio me recargo en la puerta y te miro rodando sobre las sábanas, qué absurdos que son los chismes y te burlas de ellos.

Algunos secretos pueden extinguirse durante la merienda, otros solo encontrándonos entre la madrugada.

Va a ser muy lindo cuando comprendamos que hace años que ocupamos este sitio, que habitamos en algún remoto lugar de nuestra memoria, que algunos días llegamos a la cita de siempre, al mismo árbol, a la misma banca y pasamos de largo. Ya no somos extraños.

En el momento que sea lo diré, y he llegado a esa parte del camino que ya imaginaba.

Todas las personas necesitamos ser rescatadas, sostenernos, una voz hilo que nos despierte de esa muerte voluntaria, encarar a nuestros demonios hurgando en un empolvado bolso lleno de lo que inventamos alguna vez.

En el área de perfumería de las tiendas departamentales, luego de oler tres fragancias, te dan a oler granos de café como para desinhibir el olfato, reiniciarlo; en algunas tiendas te venden las bolsas de plástico, en otras juran que te regalan la instalación de lo que sea que lleves y necesite; en otras tiendas nunca abren la segunda caja, y hay restaurantes con ganchos a la entrada donde la gente deja ropa que ya no quiere para que alguien más pueda tomar esa prenda, si la quiere.

No es que no tenga algo para decirte, busco en tantas direcciones y encuentro que hay tantas palabras dichas, tantas palabras escritas, tantas que pienso que intentarlo sonará a algo que ya existe, a algo que ya salió de donde no tenía cabida, a algo ya visto, ya escuchado; pienso que sonará a algo que ya aceleró la existencia, a algo que ya conmovió, a algo que ya cumplió con la alegría o la tristeza.

No es que no tenga algo para decirte, no basta y sería injusto desmenuzarle en papel, sería injusto que te pierdas las pausas, las entonaciones, los respiros, los silencios, y todo eso que el negro espejo no ofrece.

No es que no tenga algo para decirte, me encuentro en eso de acomodar ideas, como si tratándose de lo que se trata fuese posible; pasa que no logro explicarlo, debe ser algo, por ahora es lo poco que puedo adelantarte.

Las especies se adaptan y se expanden, crecen; el maíz por ejemplo eran 3 o 4 granos con sabor algo dulce, vino del teocintle, viste lo que era y mira lo que es. ¿Y nosotros/nosotras/nosotres? ¿De dónde vinimos? Tres o cuatro agridulces palabras, ¿viste lo que éramos?, y ve lo que somos.

Somos 85% parecidos al mono, pero también somos 83% parecidos a las mariposas, qué enorme puede ser un 2%, nuestras alas son mandalas que imaginan un monje y el opio, un caleidoscopio entre las antigüedades al final del estante que una viejecita todas las tardes va y lo visita, y son ya 8 mis manos lentas, y son ya 6 tus ojos cafés.

Cualquier noche estaré entre la libertad de las florcitas de tu vestido, posado en la inmensidad de tus párpados verde-violetas y será ley la felicidad a nuestro alrededor; todas las noches eres la libertad poniéndole el pecho al mundo con las hermosas maneras que tienes de verlo.

La casa está encantada, un duende reduce tus reservas de chocolate y una reduce las mías de galletas, a la mañana se les ve con el humo cagados de risa discutiendo la música para el desayuno.

- Leí que McCartney en realidad murió, que su Aston Martin le voló la cabeza.
- ¿Son otro tipo de flores?
- ¡No, tarado! Su coche.
- ¡Aaah! ¿Y entonces?
- ¿Qué?
- El que anda por la vida ¿qué onda?
- Pues que es un doble y que por eso la portada de Abbey Road, y que el de Sgt. Pepper's es más alto que el de otros díscos. ¿Cómo ves?
- Yo leí... ¡bah! no leí, pero no recuerdo de dónde agarré la idea o hipótesis de que sí existió la Atlántida.
- A ver.
- Bueno, según esto las pirámides egipcias y las teotihuacanas están alineadas entre sí.
- Ajá, con Orión.
- Sí, y Ra llegó de occidente, y Quetzalcóatl de oriente.
- Sí.
- Se supone que la Atlántida era una civilización muy avanzada y que cuando estaba hundiéndose unos escaparon para oriente y otros para occidente.
- ¿O sea que sugieres que habitantes de la Atlántida construyeron en Egipto y en Teotihuacán?
- Simón. ¿Cómo ves?
- ¡No mames!
- Ja, ja, ja, ja.
- ¿Tú cómo ves lo de McCartney?
- La verdad, pues equis, Pink Floyd la arma más.
- ¡Ja! ¿Te parece "Louis Armstrong meets Oscar Peterson"?
- Mucho.

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